SM Rico
Imagen de portada: Película Blonde (2022). Netflix
El día de ayer 28 de septiembre se estrenó en la plataforma Netflix, Blonde, la nueva cinta de Andrew Dominik y la productora: Plan B Entertainment.
Blonde, es una ficción desgarradora, que brilla y que se disfruta por la actuación de Ana de Armas que demuestra de manera extraordinaria su gran talento y que, de no ser por las nuevas reglas en los Oscar, tendría asegurada la estatuilla el próximo año. Además, está el gran trabajo de la producción y la fotografía, que es impresionante y nos transporta a las diferentes épocas y situaciones, tanto físicas como imaginarias que viven y padecen los personajes. El único punto débil, y algo muy común en Netflix es el guion.
Es una joya que no es para todos los públicos, depende mucho de lo que se busque, si te acercas para conocer un relato fiel de la existencia del mito de Marilyn Monroe no lo encontrarás aquí; en esta cinta, que es la adaptación de una novela, que por medio de la ficción nos acerca a lo que pudo ocurrir en la vida del personaje; se nos presenta un drama desde una perspectiva específica, una que no evita coquetear con las “nuevas audiencias”, algo que se traduce más bien, como lo que las grandes élites corporativas y políticas desean que creamos como “la realidad” y como: algo que nosotros decidimos y debemos defender porque luchamos por ello.
El hilo conductor es la figura del padre, muchas veces se pierde la idea por los constantes momentos de desgracia, pero se retoma lo suficiente para no dejar de existir como el trauma principal de la historia. Norma Jean extraña a su papá, dejó un enorme hueco en su alma y encuentra una parte de ese hombre en cada figura de autoridad, en cada abrazo protector y en cada gesto de aprecio; sin embargo, lo que obtendrá de regreso es dolor y humillación constante.
Es agobiante por la cantidad de tiempo y esfuerzo en resaltar el dolor, la trata como un objeto sin voluntad y sin conciencia que no tenía escapatoria y sin la suficiente capacidad para pedir ayuda, enfatiza la vida del personaje como si fuera algo arrastrado por un río, sin control y sin remedio.
La cinta se puede resumir como un conjunto de cosas ocultas, objetos y algo que está atrapado muy en su interior, algo que no puede salir y que busca expresarse, gritar de angustia, también recuerdos, desprecio, olvido y la dolorosa búsqueda de un padre, una niña interior encerrada en un cajón y un hueco que no se puede llenar con nada, pero que se sigue intentando una y otra vez con alegría y esperanza sin lograrlo.
También nos muestra de manera sutil, lo que a través de los años muchos han descrito como el control MK Ultra en el mundo del espectáculo, esto por la manera en la que presentan ciertas sesiones en las que se involucran luces e instrucciones con el objetivo de formar la dualidad perfecta para la creación de un alter ego, una persona aparte, más fuerte, más segura (y más útil), que domina la conciencia del sujeto para hacerlo un buen sirviente.
Sin embargo, también es pesada y lenta, lo que provoca una falta de profundidad, su personaje es más importante por cada minuto de ser víctima, que por un proceso de adaptación o superación a su sufrimiento, además de permanecer en una espiral autodestructiva en espera del siguiente golpe.
Se detiene a ratos en detalles simples y simbólicos para marcar las huellas del trauma, pero sin lograr explicarlos de manera clara, además de los frecuentes saltos de continuidad que nos presenta.
Objetos van y vienen en esta película, la vida de Marilyn se ubica entre ellos, no los tiene, los consigue, se convierte en uno, los trata de olvidar y al final regresan para atormentarla. Ella forma parte de ese grupo de objetos para el mundo, como un calendario pegado en una pared.
Ella quiere ser algo más, pero en la trama no parece llegar a ningún lado, el guion trata de dar a entender que siempre fue la misma Norma Jean, que la tristeza no fue más que aumentar y dejar nuevas cicatrices. En ese sentido el desarrollo del personaje se pierde, pues no llega a ningún lado, es la misma al inicio y al final, son las circunstancias las que cambian y caen sobre ella, los demás personajes cambian, viven, mueren, llegan y desaparecen, pero ella siempre está ahí, sola a la espera de ser víctima de algo nuevo.
Se enfoca en ser un realismo visceral que parece que Netflix practicó con la película Spencer; busca la empatía por medio de mandar al nivel del piso el recuerdo de la hermosa sonrisa ante la cámara y quiere incomodar y ser rebelde para “darle un golpe” a la industria y al poder.
También busca ser perturbadora y lo logra ante la lente por lo descriptivo e impactante de sus imágenes, pero se queda corta y algunas veces se vuelve aburrida.
A veces en blanco y negro y a veces a color, imágenes borrosas que demuestran el estado de ánimo y destacan el contexto, transporta y simboliza dualidad, específicamente lo que vemos y lo que no vemos del mito, y a otro nivel lo que ve y no ve de sí misma, lo que no puede ver porque alguien lo puso ahí, lo que alguien usa para su satisfacción y su beneficio y que ella desconoce de sí misma. Ella se nos presenta como la niña vulnerable, siempre a punto del llanto.
Es una joya en muchos sentidos, sin embargo, es necesario recordar que es una ficción adaptada de una novela que llena subjetivamente los huecos con angustia, dolor, soledad, más dolor, y lágrimas.
Dualidad que duele, como un experimento de control mental, dualidad que acaba con la vida y la dignidad, pero al mismo tiempo una dualidad que rescata y transforma de una manera perturbadora y llena de encanto.

Norma Jean padece dolor y pena que desaparece a ratos por palabras escritas en misteriosas cartas llenas de esperanza, palabras que parecen decirle lo que más quiere, que la acompañan durante su vida y sus penas, como si la pudieran ver, escuchar su llanto y además platicaran de algún modo imaginario con ella y dándole la sensación de que pronto, en algún momento, todo habrá valido la pena. Pero no, en esta historia no, cuando parece que se llega a un punto en que las cosas podrían mejorar, es el momento en el que el golpe es aún más fuerte.
Y es así, que gritos desgarradores y ahogados en llanto no son escuchados por nadie, quedan en el olvido y la capturan completamente indefensa, desnuda y sola. Y en ese punto aún falta el desenlace, que es muy fuerte y que no te permite quedar indiferente, tanto por lo simbólico como por lo amargo del mismo.
Una búsqueda de amor y cariño que jamás llegará, que se queda en un sueño y que se apaga poco a poco sin que nadie sepa el inmenso dolor que provocó el final de su existencia y la traición. Mientras lejos, la vida sigue, los demás son felices, los otros, crean bellos recuerdos.
En ese sentido esta película da su propia interpretación sobre el misterio de la muerte de Marilyn, llenando huecos con simbolismos a los que es necesario prestar atención para no perder la idea de lo que está ocurriendo.
Para tener una idea más clara de lo que es esta película, es muy descriptiva la frase en el tráiler: “Nadie la conocía”, es así que, es más fácil inventarla y reinventarla según “la época”, y los intereses de la industria.
TRÁILER
FICHA TÉCNICA
Título: Blonde
Año: 2022
Duración: 166 minutos.
País: Estados Unidos
Director: Andrew Dominik
Guion: Andrew Dominik.
Basada en le novela: “Blonde” de Joyce Carol Oates
Música: Nick Cave, Warren Ellis
Fotografía: Chayse Irvin
Reparto:
Ana de Armas, Bobby Cannavale, Adrien Brody, Julianne Nicholson, Evan Williams, Xavier Samuel, Caspar Phillipson, Toby Huss, Sara Paxton, Chris Lemmon, Dan Butler, Garret Dillahunt, Lucy DeVito, Michael Masini, Ned Bellamy, Scoot McNairy, Rebecca Wisocky, Catherine Dent, Spencer Garrett, Eden Riegel, Tygh Runyan, Sonny Valicenti, Haley Webb, David Warshofsky, Ravil Isyanov, Lily Fisher.
Productora: Plan B Entertainment.
Distribuidora: Netflix
Género: Drama
Descubre más desde REVISTA UNIDAD PARLAMENTARIA
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
