La marcha

 Fernando Villanueva
Desperté de madrugada y me puse a ver el vídeo de AMLO, que define y sintetiza la marcha de la lealtad del oficialismo y traté de entender porque la marcha de la derecha parece insípida frente a la de la lealtad. Y es que, simplemente no hay discurso en la derecha que pueda aglutinar la oposición. La sola consigna “arrebatar Palacio Nacional a Morena” es insuficiente porque se articula como un objetivo electoral y ahí, en ese cruce, tiene esa unión de inconformes, ese intento de oposición, la primera posibilidad de derrota. La imposibilidad quizá obedece a que esa oposición no es mas que el cascajo del viejo régimen, no hay renovación ni objetiva ni, menos, subjetiva: las mismas figuras desgastadas con iguales consignas que median tibiamente entre un discurso centroderechista –moderado en  apariencia pero vertical y muy conservador. Pues de hecho, la “renovación” del régimen –no así su superación- la ha llevado a cabo justamente MORENA: La síntesis de lo que representa el Estado con las fuerzas electorales activas está ahí, en el aparato de poder que hoy se articula en ese partido sin partido que es Morena, la pura fuerza alimentada por el Estado. Pero ¿cuáles son los problemas urgentes de México y cuáles las fuerzas sociales que pueden en un momento dado asumirlos cómo necesidad? Es esa la pregunta qué debe hacerse para superar en Morena –y no solo ahí- lo que de viejo régimen y oposición aun arrastra y, en el frente opositor, su vacío de plataforma, su necesidad de ideología y sus objetivos como principios articulados que echen a caminar al gigante.
(La revolución me ronda. Ayer en la biblioteca, sin internet, me puse a leer párrafos de un libro de los 70s que describe antecedentes de la Revolución Mexicana, un acercamiento íntimo a los sonorenses Obregón y De la Huerta, agentes de la burguesía extranjera en México, y cómo los derroteros de la insurrección que iniciaron los anarquistas en la Junta Revolucionaria en Texas, acabaron enrolándolos contra el régimen de Díaz que, dice el ensayo, no supo leer los tiempos. Una revolución que inició furiosamente socialista terminó implantando el sistema liberal burgués y nacionalista, con el “error” de Cárdenas que deja libre el camino a Alemán, enterrando los principios de la izquierda socialista revolucionaria que representaba Múgica.)
De vuelta al milenio, me recuerdo: Todo problema teórico es un problema práctico. Dicho eso, el planteamiento que la oposición de sí misma se hace tiene un mal de origen: ella no es oposición, no sé concibe como tal, su natural ejercicio del poder –ese poder económico que busca ser Estado- hace que en su ideología la concepción de ser anti algo, consustancial a toda oposición, sea una antinomia. Por eso es Frente pero no frentazo, coalición más no colisión, en su asociación del poder con su personalidad colectiva es incapaz de asumirse también como acarreados: la continuación de las masas por otros medios: vehículos privados, lobby empresarial, una integración que no sigue las formas colectivas del sindicalismo, el poder de base, ni la asamblea; (los veo en sus historias de insta posteando cómo después de la marcha, en Starbucks y se restaurantes, celebraban la pírrica victoria que median con el impacto en medios, incapaces de ver su “frutsi” de clase. Mientras que “la otra marcha”, la del oficialismo, exhibiendo la conocida aglomeración de autobuses al arribo de las masas que inundaron la CDMX, no tiene empacho en mostrar su lado corriente y populista, siendo ambas marchas dos “historias engarzadas” de una similar visión militante y coyuntural que no esconde la disputa de la gerencia burocrática. La historia se repite una vez como tragedia y después como comedia, la tragicomedia mexicana es así: dos facciones con un problema de enmascaramiento, en crisis ideológica de oposición: una incapaz de asumirse como tal por una ceguera ideológica; otra incapaz de superarla en su etapa actual de sistema-gobierno. En medio, la historia y quienes sepan dar lectura correcta para, en alegoría a esta lucha libre, aplicar la hegeliana y hacer síntesis.


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