Queridos niños y jóvenes: no tengáis prisa en absoluto por crecer y ser mayores, ni en llevar una vida como la de los adultos, a vuestras tiernas edades.
Cada edad y cada época de la vida, se debe pasar con los condicionantes naturales que marcan esos tiempos. Resulta igual de estúpido que un adulto en la senectud, pretenda vivir la vida como si fuera un jovenzuelo, que si un niño o joven, lleva la vida de un adulto, con todos los condicionantes que ello supone, tanto de responsabilidades, como de roles de vida, y situaciones.
Los niños y los jóvenes, debéis ser lo que os pide vuestra edad, porque tenéis un desarrollo físico, mental e intelectual, muy diferente del que, a lo largo de los años y de la formación adquirida, han llegado a adquirir los mayores.
Para poder ser libres, y para poder elegir lo que de verdad os gusta y va con cada uno de vosotros, es necesario que os desarrolleis y que vayais ganando el bagaje socio-cultural, que os permitirá independizaros en el futuro de vuestros padres, para convertiros en lo que vosotros mismos elijáis libremente, o, al menos, con los menores condicionamientos posibles, para vuestra realización personal y para vuestra felicidad.
Un niño o un joven que hace lo que un adulto, está caminando hacia un probable trastorno, en bastantes aspectos de su vida, que le va a abocar a la autodestrucción, porque le deformará como persona, y porque estas experiencias inadecuadas, van a impactar en su carácter, de manera que le convertirán en alguien problemático, y en un enfermo, con trastorno de personalidad.
Obligar a un niño, o engañarle, para siga las pautas de los adultos, es robarle la infancia y la adolescencia, una época de la vida vital y preciosa, para construir a la futura persona en la que se ha de convertir. Es algo así como empezar la casa por el tejado, en vez de hacerlo por los cimientos, para que ese tejado se pueda sostener contra viento y marea, y no eche a perder la construcción, en este caso de la persona que se está constituyendo.
Ser niño y joven, es maravilloso, y no se debe saltar uno el proceso de formación físico-mental. Los niños y los jóvenes se han de relacionar con sus semejantes, y hacer lo que hacen los de su edad a esas edades, porque las experiencias que vivirán serán las naturales y más adecuadas para su edad o para esa época de la vida, tan crucial para un futuro en libertad, y en plena realización personal.
FRAN AUDIJE
Madrid, España, 1 de febrero del 2023
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