Me tengo por una persona de carácter y criterio independiente, lo que algunos llaman un «libre pensador». Procuro guiar mis pasos a través del sentido común, en la búsqueda de la verdad honesta y honrada, respetando a los que piensan diferente, y escuchando siempre a mi interlocutor, fuera cual fuere su idea o proposición.

En este sentido, debo decir que soy un enemigo beligerante de la injusticia y del abuso, gran amante de la libertad, que no del libertinaje, y defensor a ultranza de la dignidad humana, teniendo en cuenta a los débiles e indefensos, a los que creo que debemos darles voz y visibilidad.

Un político que me sorprende por sus virtudes, en el sentido anteriormente comentado, y no solo por lo que dice de palabra, sino ante todo, por lo que demuestra con sus obras y con su gestión política, para mí ejemplares a nivel universal, es la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Una mujer, Díaz Ayuso, que no oculta sus convicciones cristianas, al tiempo que confiesa sus limitaciones humanas como católica, pero también su firme ambición de superación, y su búsqueda de la coherencia, en ese difícil mundo para una conciencia creyente del Evangelio, como es la política.

Una mujer, Díaz Ayuso, inmersa en una crisis, como toda España, y como todos los españoles, tratando de dar lo mejor de sí misma para que, desde el ámbito político e institucional, que ella domina y gestiona con responsabilidad, sea posible sacar los mejores frutos para todos los españoles de buena voluntad.

La Comunidad de Madrid, gracias al trabajo de Isabel Díaz Ayuso, y de sus colaboradores, es hoy la región española más próspera, la región española donde hay oportunidades para todos, en cualquier ámbito que podamos barajar, porque la propia presidenta de la Comunidad de Madrid, se ha declarado partidaria de una libertad real y efectiva, sin comedias ni paripés, donde se legisle a favor de todos y de todas, respetando la legalidad y los derechos reconocidos vigentemente.

A mi parecer, un valor como el de esta gran mujer, no debería ser cohibido, y debería tener mayor proyección en el futuro, porque España no es una nación que se distinga por su virtuosidad política, pero de vez en cuando surgen valores excepcionales, que deberían ser aprovechados para sacar el mejor partido de ellos, por el bien de toda España.

FRAN AUDIJE

Madrid,España, 11 de febrero del 2023