LIBERTAD SIN TRAMPA NI CARTÓN

Hay gente muy reivindicativa de la libertad y los derechos, que se ha pasado toda la vida con el puño en alto, clamando por justicia. Estas personas, han portado una etiqueta de víctimas de la burguesía, y del sistema capitalista, ante el que presentan una beligerancia agresiva, y, en ocasiones, bastante rencorosa y enconada.

Pero, resulta que, un día, estos luchadores, «por la libertad», obtienen los frutos de su perseverancia, y consiguen llegar al poder de sus naciones. En este preciso momento, es cuando nos percatamos de que su cara sufriente y su pretendido victimismo, no son otra cosa que posturas y comedias, muy bien interpretadas, pero nada más que una máscara, la cual se retiran paulatinamente, para dejarnos ver su verdadero concepto de la libertad, y el disfrute de los derechos tan solicitados.

La libertad, o es para todos, o, si discriminamos a cualquiera, por razones de rencor y caprichos irracionales, deja de ser libertad, para devenir en opresión, persecución, y marginación. Este es el caso que deseamos poner de relieve.

La libertad es el gozo de los derechos fundamentales, entre ellos, los de mayor fundamento, como son los derechos humanos. Solo en el gozo de los fundamentos del Estado de Derecho, será posible acceder en justicia a todos los demás derechos que conforman el Ordenamiento jurídico, lo cual va a facilitar la plena realización humana de los ciudadanos, contribuyendo a la paz social, y a un equilibrio tan necesario en el desarrollo y el progreso nacionales.

Cuando somos libres, y es posible una relación social fructífera, la gente está contenta, y hasta podríamos decir que feliz. La tan llamativa reivindicación liberal por la felicidad popular, se basa, pues, en el respeto y disfrute de los derechos fundamentales. En tal sentido, la llegada al poder de las mentadas fuerzas llenas de hipocresía, suponen la ruina de la libertad y del Estado de Derecho, porque la libertad, basada en discursos idealistas y oníricos, que no son prácticos a la hora de gobernar, porque comienzan a ejercer discriminaciones y violencia entre la población, acercan a las naciones a su decadencia, cuando no consiguen meternos en los ácidos charcos de la guerra fratricida.

FRAN AUDIJE

Madrid,España,26 de marzo del 2023


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