SM Rico

En los últimos años, Estados Unidos ha sido escenario de numerosos tiroteos masivos que han conmocionado al mundo y generado un intenso debate sobre el control de armas y la violencia en ese país.

Pero, ¿Qué razones puede haber detrás de estos actos de terror? ¿Qué factores pueden influir en la mente de los tiradores para llevarlos a cometer estos crímenes?

En la imagen, las víctimas de Audrey Hale, la mujer autora del reciente tiroteo en Nashville (en portada)

No hay una respuesta única ni sencilla a estas preguntas, pero algunos estudiosos han intentado analizar las posibles causas desde diferentes perspectivas. Algunas de las hipótesis que se han planteado a lo largo de los años son las siguientes:

Enfermedades mentales: Algunos investigadores han señalado que hasta el 60% de los responsables de tiroteos masivos en Estados Unidos desde 1970 mostraron síntomas de enfermedades mentales, como paranoia, depresión o alucinaciones, antes de ejecutar sus ataques. Sin embargo, esta correlación no implica causalidad, y la mayoría de las personas con problemas de salud mental no son violentas ni cometen crímenes. Además, otros países con altas tasas de enfermedades mentales no presentan el mismo nivel de tiroteos masivos que Estados Unidos.

Otro investigador que ha contribuido al estudio del fenómeno desde una perspectiva psicológica es Peter Langman, director clínico del Centro Psicológico KidsPeace y autor del libro Why Kids Kill: Inside the Minds of School Shooters. Langman ha examinado las características psicológicas y los perfiles clínicos de los autores de los tiroteos escolares, así como los factores familiares y ambientales que pueden influir en su desarrollo.

Langman ha clasificado a los autores de los tiroteos escolares en tres tipos: psicóticos, psicopáticos y traumatizados. Los psicóticos presentan trastornos mentales graves que afectan su percepción de la realidad, como esquizofrenia o trastorno bipolar. Los psicopáticos tienen una personalidad antisocial que se caracteriza por la falta de empatía, el egocentrismo, la manipulación y la crueldad.

Características individuales: también se ha estudiado el perfil psicológico de los tiradores masivos, buscando identificar rasgos o patrones comunes que puedan ayudar a prevenir o intervenir en estos casos. Algunas características que se han encontrado son: baja autoestima, falta de empatía, impulsividad, narcisismo, psicopatía o tendencias suicidas. Sin embargo, estos rasgos no son exclusivos ni determinantes de los tiradores masivos, y pueden variar según el tipo, el motivo o el contexto del tiroteo. Otro investigador destacado es James Alan Fox, criminólogo de la Universidad Northeastern de Chicago, quien ha compilado datos sobre los asesinatos en masa desde 1970 junto con la agencia Associated Press y el diario USA Today. Fox también ha analizado otros tipos de homicidios múltiples que no se ajustan al concepto de tiroteo masivo, como el familicidio o los asesinatos entre pandillas.

Acceso a las armas: Otra hipótesis que ha cobrado fuerza es la que relaciona el alto índice de tiroteos masivos en Estados Unidos con la cantidad y disponibilidad de armas en ese país. Según un estudio de 2015, (publicado por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) en 2016) Estados Unidos tiene el 42% de las armas del mundo, pero solo el 4,4% de la población mundial.

Factores sociales y culturales: Otros autores han apuntado a la influencia de factores sociales y culturales en la génesis de los tiroteos masivos, como el descontento, la frustración, el aislamiento, el machismo, el racismo o la radicalización. Entre ellos se encuentran Jillian Peterson y James Densley (The Violence Project 2021),criminólogos de la Universidad de Hamline y la Universidad Metropolitana del Estado de Minnesota, respectivamente. Ellos crearon el proyecto The Violence Project, una base de datos interactiva que recoge información sobre los autores de tiroteos masivos desde 1966 hasta la actualidad. Densley ha identificado cuatro factores comunes que se presentan en la mayoría de los casos de tiroteos masivos: una experiencia traumática previa, una crisis personal o profesional, una radicalización ideológica y un acceso fácil a las armas de fuego. Según Densley, estos factores interactúan entre sí y crean un proceso de «aislamiento social, agravio percibido y deseo de notoriedad» que conduce a la violencia masiva.

Un autor que ha abordado el tema desde una perspectiva sociológica es Eric Madfis (How to Stop School 2020, The Risk of School), profesor asociado de justicia penal en la University of Washington Tacoma. Madfis ha enfocado su investigación en el análisis de las causas estructurales y culturales que favorecen la ocurrencia de los tiroteos masivos, así como en las medidas preventivas que se pueden implementar para evitarlos. Madfis ha señalado que los tiroteos masivos son el resultado de una combinación de factores individuales, interpersonales e institucionales, que se ven influenciados por el contexto social y cultural. Entre estos factores, Madfis destaca el rol de las normas de género, la cultura del honor, la glorificación de la violencia, el individualismo extremo, el racismo, el sexismo y la homofobia, que pueden generar sentimientos de frustración, ira y venganza en algunos individuos.

Como se puede apreciar, la razón de los tiroteos masivos en Estados Unidos no se trata solo de un problema individual, sino también de un fenómeno social y estructural, que involucra aspectos legales, políticos, económicos y culturales, mismos que requieren un análisis profundo y multidisciplinario para comprenderlo y prevenirlo. Estudios y perspectivas añejas y sin embargo no han logrado detener la desgracia y el dolor de las familias que pierden lo más preciado y solo se preguntan de nueva cuenta: ¿Qué se pudo hacer para evitarlo?