Volvemos, regresamos, en regresión inaceptable, aunque instalados en un teórico progresismo, a la España de la «Jota» y de las castañuelas, mientras nos callamos obligados por las amenazas, y por la censura más fría y discriminatoria, que estamos pasando necesidades fundamentales, y que los derechos humanos penden de un hilo.

Volvemos y regresamos, a la nostalgia injustificada desde una cabeza sana, de una República desnortada, de una guerra fratricida, y de un país donde había que pedir permiso para amar y ser feliz. Volvemos a la España del simperdón, de los exiliados, de las cárceles, y de los paredones por discrepar, y por ser diferente. ¿Pero dónde están esas cárceles y esos exiliados, no se ven por ninguna parte?. Esas cárceles y esos exiliados, son invisibles, señor mío, pero existen en la reedición de las opresiones, que todos conocemos, aunque permanezcamos en silencio, contribuyendo a acentuar el encarcelamiento y el exilio de los inocentes.

Hemos vuelto a una España, donde está prohibido ser libre, donde levantar la voz para quejarte de la injusticia, es una locura, y es buscarte problemas innecesarios. Estamos volviendo a una España, donde se pasaba hambre en silencio, bajo la mirada de la Guardia Civil más cruel y vejatoria, donde amar era un privilegio, donde persistían ancestrales costumbres de alcahuetería, de trata, y de proxenetismo. Una España que creímos extinguida, pero que ha vuelto envuelta en la picaresca, y en el oportunismo.

Hemos vuelto, sin ningún sentido, a la hipocresía de la comedia política, al pan y Circo, al miedo a hablar y a expresar tu inconformismo. Han vuelto la mentira oficial, la manipulación, la trampa, el soborno institucional, la obligación de ser como no eres. Hemos vuelto a la España de los amiguetes, aquella España opresora, y aquella España que aprieta los dientes.

FRAN AUDIJE

Madrid, España, 9 de abril del 2023