Los tiempos electorales nos han alcanzado y las cúpulas partidistas han puesto en marcha la consabida maquinaria de jaloneos, rebatiñas y negociaciones en torno a la definición de candidaturas a diputaciones locales y alcaldías en el estado de Michoacán, así como para la nueva composición del Congreso de la Unión (cámara de diputados federal y cámara de senadores). Y por si esto no bastara, en 2024 también tendrá lugar la madre de todas las batallas, la puja por la presidencia de la república. Es así que, a partir de este momento, toda actividad política será subordinada al tema electoral. Por lo que respecta a Michoacán, lo que hemos visto hasta ahora es que los grupos hegemónicos hacia el interior de MORENA han dado muestras claras de intentar partir y repartirse el pastel sin tomar en cuenta a las bases del partido de la 4T, cosa que también se ha dejado ver en la composición del gabinete del gobierno estatal. Pareciera como si el partido de la Cuarta Transformación estuviera formado nada más por sus cúpulas; es decir, como si se tratara de un cuerpo integrado sólo por cabeza, sin tronco ni extremidades. Es así que, por ejemplo, en el caso de las candidaturas al senado se dejan ver dados cargados a favor de la dupla conformada por el Secretario de Gobierno y la titular de la Secretaría del Bienestar. Sin embargo, no es de descartar que en los días que vienen empiecen a sonar fuerte nombres como el de la Diputada María de la Luz Núñez Ramos, quien fuera la primera candidata de MORENA a la gubernatura en 2015, cuando nadie en el partido guinda se animaba a tomar el toro por los cuernos. Lo cierto es que María de la Luz, de trayectoria política intachable y sustanciosa, cuenta con grandes simpatías entre las bases morenistas y en varios círculos de éstas se comienza a nombrar como una de las apuestas fuertes para el senado por parte de la gente de a pie y de las fuerzas fundadoras del Movimiento de Regeneración Nacional en el Estado de Michoacán. Así como el de ella, seguramente surgirán otras figuras que harán contrapeso a las inercias y ambiciones de las cúpulas de un partido que, hasta hoy, le ha quedado a deber mucho a la sociedad michoacana, pero sobre todo al grueso de su militancia. ¡Que comiencen los juegos!