Y, habría que matizar, afortunado a pesar de todo, porque un país donde se han violado los derechos humanos de manera sistemática, desde tiempos inmemoriales, ha sido capaz de dar lugar a dos grandes generaciones de intelectuales y artistas potentísimas a nivel universal, como son el Siglo de Oro, y la Edad de Plata.
Recordemos a la Santa Inquisición, una organización de control y supervisión de la libertad de los españoles, y de todo aquel lugar dominado por el Imperio Español, que es genuina de España. Gracias a la Santa Inquisición, ni la Ciencia ni la Filosofía, fue posible que arraigaran en este país, y de aquí que adolezca España de una gran falta de tradición en dichos campos, que ha pasado factura, en forma de subdesarrollo y de decadencia.
Sin embargo, España cuenta con un factor humano de enorme talento, que, no obstante la represión que se ejercía, produjo un efecto de desbordamiento de la represión mencionada, que dio lugar a grandes escritores y literatos, algunos de los cuales eran, en realidad, profundos filósofos que denunciaban lo que estaba pasando y su incongruencia, aunque de manera solapada y metafórica, con el fin de evitar ser censurados y encarcelados, cual es el caso, por ejemplo, de Miguel de Cervantes, o de Santa Teresa de Ávila, dos grandes pensadores de todos los tiempos.
Durante la época de la Ilustración, también hubo un curioso movimiento de acercamiento a la Ciencia, gracias al hecho de la entrada de los Borbones en el Reino de España, los cuales, siendo una casa monárquica procedente de la liberal Francia, con otra mentalidad muy distinta a la que se encontraron al llegar a España, posibilitaron algo de relax en cuanto a esa represión tradicional, particularmente durante el reinado de Carlos III, un rey con carácter reformador, que dio cancha a los marinos en sus incursiones científicas, cual es el caso de Jorge Juan, o el héroe de Trafalgar, Churruca, los cuales supieron hacer uso de sus conocimientos, en el espionaje a la tecnología naviera inglesa, y en el desarbolado de tres barcos ingleses que rodeaban al navío San Juan Nepomuceno, merced a la precisión matemática en la orientación de los cañones.
Durante el reinado de Alfonso XIII, se dio, igualmente, cierto desahogo en la libertad, cuya culminación fue la II República, y solo con ese leve respiro, pudo cuajarse una importantísima generación de intelectuales, como fueron los de la famosísima Generación de 1927. Pronto llegó la Guerra Civil, y toda esa crema de grandes mentes privilegiadas, se vio obligada a salir por patas al exilio, dejando algunas pérdidas vergonzosas en la huida, como fueron Federico García Lorca y Miguel Hernández, ambos muertos como mártires del pensamiento y de la libertad. No se perdió todo, porque, afortunadamente, las naciones hermanas de Hispanoamérica, receptoras de estos grandes hombres, se desarrollaron gracias al talento que los mismos pusieron al servicio de toda América.
Debemos recordar que, en nuestros días, con la entrada en el seno de la Unión Europea, la mentalidad española arcaica de la imposición y la manipulación, debería ir siendo reformada, porque en nuestro tiempo, debido al amplio reconocimiento de los derechos humanos, cualquier ciudadano cuyos derechos no son respetados, no se puede considerar ciudadano, sino esclavo. Aunque a nivel legal, la esclavitud está abolida, sí puede existir una esclavitud virtual, si permanecen impunes determinadas lacras, como son el proxenetismo, la alcahuetería, y la trata de personas.
FRAN AUDIJE
Madrid,España, 9 de junio del 2023
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