SM Rico

En las últimas horas la maquinaria de propaganda de los diferentes frentes de guerra y/o los grandes medios de comunicación nos muestran un escenario que ha sido llamado desde rebelión de mercenarios hasta golpe de Estado.

La verdad como en otras ocasiones aparecerá poco a poco en cuanto las nubes mediáticas se disipen, mientras tanto es prudente conocer un poco sobre este grupo de mercenarios que por un lado, son mencionados como un pequeño grupo, y en otros, como el principio del fin del gobierno de Putin.

Según información de la Agencia EFE el Grupo Wagner es una organización paramilitar rusa que opera en varios países del mundo, como Siria, Libia, Sudán o Venezuela y cuenta con alrededor de 25,000 hombres. Está vinculado al empresario Yevgueni Prigozhin, conocido como el «cocinero de Putin» por sus negocios de catering con el Kremlin. Prigozhin también está acusado de financiar la llamada «fábrica de trolls», una red de propaganda e injerencia en las redes sociales.

El grupo Wagner se caracteriza por su secretismo, su brutalidad y su lealtad al presidente ruso Vladimir Putin. Sin embargo, recientemente ha estallado una rebelión interna entre sus miembros, que amenaza con desestabilizar la situación política y militar en Ucrania y Rusia.

Según varias fuentes consultadas por EFE, unos 200 mercenarios del grupo Wagner se han sublevado contra sus jefes y han desertado a Ucrania, donde han ofrecido información valiosa al gobierno de Volodímir Zelenski sobre las operaciones rusas en el este del país. Los rebeldes habrían actuado por descontento con las condiciones de trabajo, los bajos salarios y el trato abusivo que recibían.

La rebelión ha provocado una fuerte reacción de Moscú, que ha enviado a sus fuerzas especiales a capturar o eliminar a los desertores. También ha aumentado la presión sobre Zelenski, que se enfrenta al dilema de proteger a los desertores o entregarlos a Rusia para evitar una escalada del conflicto.

Además, la rebelión ha tenido repercusiones en Chechenia, donde el líder Ramzán Kadírov ha acusado a Prigozhin de intentar asesinarlo y ha amenazado con romper sus lazos con el Kremlin. Kadírov tiene una relación ambigua con Putin, al que le debe su poder, pero al que también desafía con frecuencia.

El presidente ruso Vladimir Putin calificó de traición la sublevación de Prigozhin e indicó en un mensaje que los involucrados pagarán por ello con un duro castigo. Por otra parte, Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos confirmó el apoyo norteamericano a Ucrania, asegurando así que mientras no llegue la época electoral a su país, la guerra y sus víctimas continuarán.

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