SM Rico

Tiempo de lectura 2 minutos

En las redes sociales, la ONU nos recuerda lo mucho que hace por la paz y la justicia, sin embargo, la realidad suele ser muy diferente. Según un articulo publicado por EFE. El informe del Índice de Paz Global 2022, publicado por el Instituto de Economía y la Paz (IEP), revela que el año pasado se registró el mayor número de víctimas por conflicto armado en lo que va de siglo, con 238,000 fallecidos. Las guerras en Ucrania y Etiopía fueron las principales causas de este aumento de la violencia, que también afectó a otros países como Myanmar, Israel y Sudáfrica. El informe mide el grado de convulsión en el mundo con datos cuantitativos de 163 países, que comprenden el 99,7 % de la población.

Según el IEP, este es el noveno año consecutivo en el que los niveles de paz y seguridad a nivel mundial muestran una tendencia decreciente, pero en 2022 ha sido especialmente significativo. El impacto económico de esta escalada de violencia ha sido de 17.5 billones de dólares (unos 16 billones de euros), lo que equivale a un 12.9% del PIB global.

El informe también clasifica a los países según su grado de paz, siendo Islandia, Dinamarca, Irlanda y Nueva Zelanda los más pacíficos, y Afganistán, Yemen, Siria, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo los más conflictivos. Europa sigue siendo la región más pacífica del mundo, a pesar del aumento de inversión pública en defensa y las tensiones con países vecinos a causa de la guerra en Ucrania. En el caso de Latinoamérica, Uruguay y Colombia serían el país más seguro y el más conflictivo, respectivamente.

Este informe es un llamado de atención sobre la urgente necesidad de promover la paz y la cooperación internacional para prevenir y resolver los conflictos que amenazan la vida y el bienestar de millones de personas. La violencia no solo causa sufrimiento humano, sino que también impide el desarrollo sostenible, el respeto a los derechos humanos y la protección del medio ambiente.

Es imprescindible que los actores políticos, sociales y económicos se comprometan con el diálogo, la negociación y la diplomacia para buscar soluciones pacíficas a las disputas que generan violencia. Asimismo, es necesario fortalecer las instituciones democráticas, el estado de derecho y la participación ciudadana para garantizar una gobernabilidad inclusiva y legítima que responda a las demandas y necesidades de la población.

Solo así se podrá construir un mundo más seguro, próspero y humano para todos.

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.