En el Occidente desarrollado y democrático de nuestros días, no cabe esperar de un político, otra ambición que la del triunfo de la honradez, como principal proyecto de cara a la consecución de una sociedad, donde se conviva en concordia y en paz.

Los políticos suelen apuntarse el tanto del patriotismo, y del amor por sus respectivas naciones, pero quedará todo en un sueño fantasmagórico, o en una burda manipulación, mientras no sean capaces de ser sensibles a las distintas realidades sociales, para responder con justicia a las mismas, satisfaciendo las demandas sociales de los diferentes colectivos, de manera que sea posible esa concordia de la que hemos hecho mención.

Es primordial que se respete en todo momento la ley, y es primordial, igualmente, que la judicatura ponga orden en el panorama criminal que pueda producirse. Lo peor que le puede suceder a una democracia, es que acabe por preponderar la impunidad delictiva, porque este hecho nos va a conducir necesariamente, a una institucionalización de la injusticia, con el consiguiente paso hacia una Sodoma, del todo indeseable desde la justicia y el bien común.

Los políticos debieran aprender, a que el esfuerzo es la base del triunfo, tanto propio, como a niveles más amplios, que llegan a lo nacional íntegramente. Nada se consigue en esta vida sin mover un dedo, ni esforzarse lo más mínimo. Los logros son fruto del sacrificio, y, a menudo, de un sacrificio abnegado. Tantas veces llegamos a metas beneficiosas universalmente, gracias a que desdeñamos ambiciones desmedidas y perjudiciales. En este sentido, es importante en la política, aprender a desplegar el sentido común, el cual, tantas veces, nos pide pensar en el ciudadano, ya sea concreto o generalizado, de cara a desdeñar decisiones gravosas para él, y para todos.

Nunca más en la política, ni una sola esperanza de que triunfe la injusticia. La política no está para ser servida, sino para servir al pueblo y a la nación. En función del servicio que le debe el político a sus ciudadanos, debería estar todo su trabajo, sin dejar nada para el subterfugio ni la alcantarilla.

FRAN AUDIJE

Madrid,España,6 de julio del 2023