LA INVOLUCIÓN ECONÓMICO-POLÍTICA DE ESPAÑA

El actual presidente español, Pedro Sánchez, y sus coaligados del resto de la izquierda política española, realizando un postrer y desesperado esfuerzo por arañar apoyos electorales, de cara al decisivo 23 de julio, están empleando un lenguaje discursivo engañoso, complementado con datos oficiales maquillados y manipulados hasta el extremo, además de prometer de nuevo la luna a los españoles, con una batería de regalos, que constituyen todos ellos caramelitos, muy astutos, pero que no son satisfactorios a medio o largo plazo, lo que se llama, pan para hoy, y hambre para mañana.

Sánchez y los suyos, continúan al frente del poder, todavía, y a pesar de su gestión deplorable, porque la Unión Europea sostiene a España con su continua insuflación de dinero, que tapa las carencias y las torpezas de este Gobierno español, que cada vez que da un paso, comete errores, y destroza la economía, y degrada a la sociedad, y al sistema democrático, fruto de una ejemplar Transición, donde por una vez España fue una, y se llevó el mundo por delante, por mucho que la izquierda de hoy se esté esforzando en criticarlo, porque la actual izquierda de nuestro país, vamos a decirlo claramente, ni tiene clara la idea de España, ni es una alternativa realmente democrática.

Con todos mis respetos hacia el colectivo de personas LGTBI, al que el Gobierno español ha tratado de beneficiar todo lo posible, ante lo cual me congratulo, debemos añadir que España no es este colectivo solamente, sino muchas otras realidades, y muchos otros colectivos, que Sánchez, en múltiples casos, no solo no ha beneficiado, sino que ha maltratado, porque España, a día de hoy, es un país donde la marginación es una constante, donde los emprendedores carecen de incentivos y de aliento, donde la seguridad jurídica se ha vuelto completamente precaria, la Justicia está manipulada como nunca, y donde cunde la corrupción político-social, hasta límites en los que se ponen en entredicho los derechos humanos.

España no avanza, como reza el lema electoral del Partido de Sánchez, sino que retrocede en casi todo. El avance de Pedro Sánchez, en todo caso, es el del cangrejo, que camina en sentido inverso al normal. Porque España va a necesitar ser rescatada por los temidos «hombres de negro», que van a ser inflexibles en sus decisiones, aplicando cálculos matemáticos y aritméticos a las soluciones que necesita España, dadas las torpezas cometidas, que carecerán de humanidad alguna, pues, de otra manera, no sería posible reflotar a este país, que se ha dedicado a poner la mano en Europa, en vez de hacer las cosas como es debido, sacándose el gran partido que tiene, y, por el cual, en la Transición, y, a pesar de la honda crisis del Petróleo de aquellos años, España fue un país próspero, que salió del infierno de la dictadura, para constituirse en una democracia ejemplar, que fue la envidia del mundo entero.

Como bien dice el candidato de la derecha española, el señor Alberto Núñez Feijóo, «España es un gran país», pero un gran país que las actuales políticas de paguitas y de caramelitos, desplegadas por Pedro Sánchez y los suyos, ha apocado y empequeñecido. Creo que un gran país es aquel donde existe libertad para todos, donde existe trabajo y oportunidades de promoción personal para todos, donde no se margina a la gente por sus ideas o por sus antecedentes familiares, y, sobre todo, donde no se miente a los ciudadanos, ni se emplean argucias electorales sucias, para detentar un poder que se ha venido utilizando mal, y que, por tanto, no merecería volver a recibir la confianza de los españoles.

FRAN AUDIJE

Madrid,España,10 de julio del 2023

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