LA ESTAFA ESPAÑOLA

La estafa española, no crean que funciona desde adentro hacia el exterior, sino que, por extraño que parezca, se produce en el interior de la propia España, es decir, entre los propios españoles. ¿Recuerdan los machadianos versos, que citaban a la «sombra de Caín»?. Pues a esto se refería el bueno y enorme poeta de Antonio Machado. Los españoles nos engañamos y nos traicionamos entre nosotros mismos. Estamos especializados en hacernos daño mutuamente, y, en vez de ir a ponerle las pilas a uno de nuestros más enconados enemigos, como es el rey de marruecos, Mohamed VI, pues resulta al contrario, al feroz enemigo lo tratamos con suavidad y mimos, y a los que son compatriotas, arriman el hombro, y nos sacan las castañas del fuego a todos los españoles, los maltratamos literalmente, hasta límites de ciencia ficción.

No estoy hablando por hablar, queridos lectores, sino con pleno conocimiento de lo que digo, porque yo mismo soy una víctima de ese cainismo, que tan excelentemente retratara Machado en sus poemas. Y no una víctima cualquiera, sino una víctima sangrante, vejada, humillada… vamos, me ha ocurrido de todo. Mi padre, muchas veces extrañado al ver que no era capaz de levantar cabeza, y de que todo se me ponía en contra, hasta límites surrealistas, decía que yo era «el capacico de todas las ostias».

Si les cuento mi experiencia, van a pensar que no es posible, porque verdaderamente cuesta creer que todo lo que me ha pasado pueda ser cierto. Con tanta concurrencia y especial lesividad, me han sucedido tantas cosas malas, y malísimas, que no se puede decir que haya habido aquí casualidades, sino que parece del todo clara la incidencia de una «mano negra», y bastante poderosa. De hecho, la «mano negra» de la que hablamos, es el poder en España. Un poder que incentiva el cainismo, dedicado a persecuciones, a manipulaciones de la vida privada, en definitiva, a los perjuicios más horrorosos que suponer o imaginar se pueda.

He sido declarado enfermo mental, se me imposibilitó terminar mis estudios universitarios, en los trabajos que he realizado, me han puesto toda clase de zancadillas, han frustrado todas las relaciones amorosas que he ido acometiendo, puesto que mi propósito fue siempre fundar una familia, junto a la mujer de mi vida. Padezco y he padecido un acoso tremendo, tanto en la calle, como en cualquier sitio donde estoy, o a donde voy. En casa me torturan con medios que permiten causarme malestares y trastornos, sin necesidad de la presencia del torturador. Me bloquean la vida, de modo que me es imposible cuajar una relación amorosa, o, tan siquiera, iniciar una amistad. Los amores me los roban, así como suena, y me obligan a presenciar cómo ellas se van con otros hombres, y están con ellos, mientras yo me quedo a dos velas, y más solo que la una…

El móvil de todos estos crímenes persecutorios, es algo tan simple y tan antiguo, como que desean causarme un perjuicio de gran magnitud, en cuyos daños yo colabore, perjudicándome a mí mismo, por ejemplo, entrando en el mundo de la prostitución, primero como cliente, y, después como víctima prostituida. De ahí, a introducirme en el mundo de las drogas, el paso es breve y muy probable, como lo es, igualmente, mi transformación a la homosexualidad, a pesar de ser yo heterosexual orgulloso y convencido. Se trata de que renuncie, medio voluntariamente, medio coaccionado, a mi personalidad y a mis principios constitucionales como persona.

Y todo esto, solo por haber escrito unos poemas muy bonitos, a las mujeres de las que me he enamorado, por ser honrado y buena persona, además de un excelente trabajador y currante. En esto consiste el cainismo, entre otras cosas, querido lector, en perseguir al que hace cosas positivas, para no dejarle vivir. Naturalmente, los autores de todas estas barbaridades injustificadas e irracionales, son unos inútiles y unos incompetentes. Personajes malvados, que ni hacen ni dejan hacer. Y que, no contentos con tal irresponsabilidad, van también a ver si consiguen destruirte. No se busquen explicaciones lógicas ni racionales, a toda esta mierda, porque no existen. Es todo producto de la locura, probablemente patológica, y de una falta increíble de madurez, y de amor por los españoles y por España.

FRAN AUDIJE

Madrid,España, 1 de agosto del 2023

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.


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