Por el Prof. Juan Pérez Medina

Morelia,Michoacán,3 de agosto del 2023

En la Guía Ética para la transformación de México, elaborada por el gobierno de la república, se plantean 20 principios éticos o morales con la intención de generar una nueva convivencia social en el país. Sin duda son 20 propuestas muy interesantes y por demás importantes y que se plantean de la siguiente manera: 1. Del respeto a la diferencia, 2. De la vida, 3. De la dignidad, 4. De la libertad, 5. Del amor, 6. Del sufrimiento y el placer, 7. Del pasado y del futuro, 8. De la gratitud, 9. Del perdón, 10. De la redención, 11. De la igualdad, 12. De la verdad, la palabra y la confianza, 13. De la fraternidad, 14. De las leyes y la justicia, 15. De la autoridad y el poder, 16. Del trabajo, 17. De la riqueza y la economía, 18. De los acuerdos, 19. De la familia y, 20. De los animales, las plantas y las cosas.
Tengo la impresión y algunas evidencias, de que la Guía Ética de que hablamos no se conoce por la inmensa mayoría de los mexicanos. De acuerdo con el presidente, se distribuyeron entre los adultos mayores del padrón de los programas del bienestar, con la idea de que a partir de ellos y basados en la idea de que cuentan con autoridad en la familia, se podrían generalizar en el manto social que integra el país. Lo cierto es que los ejemplares de la Guía Ética se perdieron en su mayoría en un rincón de la casa de cada uno y pocos fueron los que hicieron algo a favor de las intenciones que el gobierno se planteó y el presidente anunció cuando la presentó en una mañanera. Se puede justificar lo anterior con la idea de que la emisión de 8 millones de ejemplares no es suficiente para llegar a todos los hogares de México o para que estén en manos de los jóvenes y las mujeres que debieran conocerlo, discutirlo y debatirlo; pero el esfuerzo para editar más de 7 y medio millones no es cualquier cosa.
Por otro lado, se mencionó que a la par de la entrega de esta Guía Ética se realizarían foros o eventos en el país para darla a conocer y analizarla. La verdad es que no se supo en dónde y cuándo se realizaron dichos foros o eventos. Tengo la impresión de que, si acaso hubo algunos, fueron demasiado pocos y sus efectos nada notorios.
Concluyo afirmando que, una vez emitida y distribuida la impresión de esta Guía Ética, no hubo estrategia para darla a conocer y mucho menos para intentar dar continuidad a los objetivos que se plantearon con su elaboración. La Guía Ética para la Transformación de México se imprimió y se repartió sin más. Hasta ahí quedó el esfuerzo y la intencionalidad.
Si acaso, en favor de esta iniciativa, cuyo objetivo era el de desterrar de la vida pública la cultura neoliberal del individualismo, el consumismo, la mentira, la violencia y la desigualdad, habría que mencionar la constante y permanente actitud del presidente en este sentido que siempre se expresó y lo sigue haciendo desde la emisión de su conferencia de prensa matutina diaria.
Pero los efectos a favor de una nueva cultura ciudadana no están claros. Los datos demuestran que, si algo se ha avanzado en ese sentido, es casi nada. Desde la aparición de esta iniciativa, se han dado hechos que no sólo nos indignan, sino que muestran que las pretensiones de la Cuarta Transformación en materia de la generación de una nueva cultura ética, no está avanzando con facilidad. Incluso hay quienes podrían afirmar sin que se pudiera negar del todo que, por el contrario, hay un retroceso en ese sentido.
La violencia que es uno de los peores males que nos aquejan sigue manteniéndose como el elemento que más preocupación y zozobra genera entre la población. Esta se presenta al interior de los núcleos familiares, en la calle y hasta en las instituciones educativas. Se presenta en todos los sectores de la sociedad y desde edades muy tempranas. El fenómeno del bullying es ya una constante en las escuelas, en donde se presenta como expresiones de intolerancia, racismo, situación social, psicológica y física y cuyas consecuencias pueden ser vitales para quienes las ejercen y las padecen. Muchos de los actos de acoso escolar han sido, y siguen siendo, constantemente considerados parte integrante de la experiencia escolar, propias de la dinámica del patio de recreo y una lección más de la escuela en la que, como anticipo de la vida, niños, niñas y adolescentes aprenden a “resistir”, a “defenderse», a “hacerse respetar» e incluso a devolver el golpe. El problema es que entre 2021 y 2023 este fenómeno ha ido escalando, principalmente entre adolescentes en las escuelas. Se dice, incluso, que somos el primer lugar mundial en violencia escolar.
Lo cierto es que este fenómeno va en aumento no sólo en número sino en las formas de agresión que se generan entre los adolescentes. En Zapopan Jalisco, desaparecieron a dos alumnos que días después fueron encontrados muertos. La causa de su muerte fue el haber hecho bullying a hijo de un narcotraficante de nombre José Ángel Carrasco Coronel, quien los “levantó” y luego los asesinó. Este año, la menor Norma Lizbeth, falleció por un traumatismo craneoencefálico ocasionado por los golpes que le propinó una compañera del colegio, en Teotihuacán, Estado de México. Los padres de la fallecida mencionaron que hacía tiempo que su hija padecía acoso escolar y que las autoridades de la escuela lo sabían.
En enero de 2020, un alumno de sexto grado disparó con un arma de fuego contra la maestra y algunos compañeros, en un colegio privado en la ciudad de Torreón, Coahuila, con un saldo de dos muertos y seis heridos. El 23 de febrero de 2018 perdieron la vida dos hombres jóvenes por arma de fuego al interior de la UNAM, en hechos presuntamente vinculados al narcomenudeo. Hasta 2021, en la Universidad Nacional Autónoma de México se habían denunciado 2 mil 648 delitos; de los cuales 89 están relacionados con agresiones sexuales: abuso sexual, acoso sexual, tentativa de violación, violación, trata de personas y delitos contra la intimidad sexual. Además de estas denuncias ante la Fiscalía, en el sistema interno de la UNAM ha habido mil 482 personas que han presentado quejas por violencia de género: 67% por violencia sexual, 40% por violencia psicológica, 17% por violencia física y 13% por acoso sexual.
Violencia, acoso y hostigamiento sexual, asaltos, robos, agresiones, comercio de drogas, suicidios, desapariciones, homicidios y feminicidios son términos que circulan —cada vez con más frecuencia— entre quienes integran la comunidad universitaria, sucesos que se están volviendo cada vez más cotidianos dentro y fuera de los espacios universitarios. No es privativo de la UNAM, pues ocurre cada vez con mayor frecuencia en el resto de las instituciones educativas del país.
Si la violencia se ha instalado en las instituciones educativas de todos los niveles y, de acuerdo con los datos existentes, va en crecimiento, esto quiere decir que la descomposición generada por las décadas de gobiernos neoliberales despóticos se sigue recreando entre nuestros niños y jóvenes.
Contamos con el deshonroso podio de las 17 ciudades con mayor número de homicidios en 2022 y con las 9 de las 10 primeras posiciones; siendo éstas Colima, Zamora, Cd. Obregón, Zacatecas, Tijuana, Celaya, Uruapan, Cd. Juárez y Acapulco. En Michoacán se promedian 8 homicidios dolosos diarios y la violencia no cesa. Morelia, Zamora y Uruapan son las ciudades con mayores índices delictivos en la entidad, pero la presencia de los distintos grupos delincuenciales azota a todos los municipios de la entidad. En los últimos meses, los bloqueos carreteros, enfrentamientos armados y los “levantamientos” están a la orden del día.
¿Qué nos dicen estos datos con respecto a lo que se planteó en la estrategia para sentar las bases de una nueva cultura social basada en una nueva cultura del respeto hacia la verdad, el trabajo digno, la solidaridad y la cooperación, la justicia, el amor, la responsabilidad y la naturaleza?
¿Se han dado pasos en este sentido a pesar de lo evidente de los datos o el planteamiento hecho en el momento de anunciar la aparición de la Guía Ética para la Transformación de México estuvo siempre imposibilitado de alcanzarse ante las circunstancias y el tamaño de la estrategia? ¿Hay elementos para afirmar que se está gestando una nueva cultura social?
Trataremos estas interrogantes en la siguiente entrega.

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