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He oído decir que existe una confabulación mundial, para hacer del conjunto de las naciones un antro de perversión y depravación generalizada. Las Sodoma y Gomorra bíblicas, aplicadas al universo entero, en una maniobra bien planeada y premeditada. Dentro del rumor del que me hago eco, también se dice que están sometiendo algunas naciones a «cobayas», para estudiar mejor cómo llevar a cabo este proceso, y que, entre dichas naciones en pruebas, se encuentra España.
Este rumor, podría ser cierto, o no serlo, pero sí es posible constatar la deriva cada vez más degradada que existe en España, en relación a las costumbres afectivas y sexuales. Deriva que, en buena parte, viene siendo impulsada desde la gestión política, hace ya unas cuantas legislaturas: ¿Se acuerdan de aquellos anuncios en televisión, en los que, para promocionar una pasta de dientes, daban un rodeo innecesario, dentro del cual nos hablaban del sexo y de sus bondades? ¿Recuerdan la grotesca indumentaria sexi, de las socorristas de la playa de Gijón, hace pocos años, en la que, para salvar ahogados, y prestar primeros auxilios, vestían como uniforme, una tanguita que dejaba a la vista sus hermosos glúteos? ¿Y el reciente Ministerio de Igualdad, con su apología de la homosexualidad, con sus campañas formativas en la sexualidad, con su promoción de la pederastia y de la ideología de género?
Pero, si nos vamos a las estadísticas de las ONGs, vemos que, España, es un líder mundial en prostitución y en trata de personas, consideradas ambas, la nueva esclavitud de nuestro tiempo. Se dice por ahí que, esta lacra en España, es ejercida por emigrantes, en una inmensa mayoría, pero, cuando camino por la calle, me voy encontrando con un sinfín de proxenetas, acompañados de su prostituta, con una pinta todas de españolas, inconfundible.
Lo que digo de la degradación en nuestro país, no es una broma, ni algo que se pueda disimular, y se deben barajar estadísticas mucho más contundentes, porque solo con observar la atmósfera general que se respira, te puedes hacer una idea de lo que está ocurriendo.
Parece que, España, la cuna del aleccionador «Quijote», de Miguel de Cervantes; uno de los principales productores de santos para la cristiandad, entre los que destacan, por ejemplo: Santa Teresa de Ávila, San Ignacio de Loyola, San José de Calazanz, San Antonio María Claret, Santo Tomás de Villanueva, o San Juan de Dios, entre otros muchos maestros, educadores, y reformadores; la nación de donde salieron Generaciones Literarias tan determinantes, como la de 1898, ó la de 1927, sin nombrar al famosísimo Siglo de Oro; pues parece todo indicar, que el tremendo bagaje histórico-cultural de nuestro país, se está echando por tierra, y que los españoles se arrojan al barro, bajo el patrocinio de políticos incompetentes e inmorales, que nos azuzan a la irresponsabilidad, y a la relajación de cualquier escrúpulo ético.
¿Quo vadis, España?
FRAN AUDIJE
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