PROSTITUCIÓN, ALCAHUETERÍA, Y TRATA DE PERSONAS

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Los tres nombres o conceptos que hemos puesto por título de nuestro artículo de hoy, obedecen a conductas de tipo sexual, que han ido recibiendo distinto tratamiento legal a lo largo de la Historia, en función del juicio moral que la sociedad y las autoridades, han otorgado a dichos comportamientos.

Hemos de incidir en la diferencia que existe entre la moral y el Derecho. Mientras la moral es el ordenamiento interno mediante el que debe regirse cada persona en su intimidad, el Derecho constituye la regulación de las conductas sociales, es decir, de aquellas conductas exteriorizadas, susceptibles de ser pautadas de cara a procurar una convivencia social armoniosa. En tal sentido, distinguimos, pues, entre lo íntimo y personal, donde no debería entrar el Derecho, sino la regulación autónoma de la persona; y lo público o social, ámbito que es regulado por el Derecho, puesto que afecta a la convivencia común de las personas que integramos la sociedad.a

La sexualidad, como bien sabemos por sentido común, es un comportamiento humano que se realiza en la intimidad, que afecta, por tanto, al halo personal de los individuos, en una generalidad de los casos. En este sentido, el Derecho no debería entrar a limitar o a pautar, lo que pertenece a un ámbito que cae más en el terreno de la moral o de la ética, que en un terreno público o social. Sin embargo, durante una gran parte de la Historia de la humanidad, principalmente la Edad Media y la Edad Moderna, la autoridad pública social, representada básicamente en el rey, era tenida como autoridad moral también, puesto que se interpretaba que el poder del rey, provenía de Dios. De tal manera, los monarcas eran autoridades religiosas y civiles, al mismo tiempo, con lo cual se arrogaban la licencia para juzgar y regular, no solo los comportamientos sociales, sino también los que ocurrían en el terreno íntimo de sus súbditos.

Por otro lado, se ha de reconocer igualmente, que algo tan íntimo como las relaciones sexuales, no siempre han permanecido en su lado estrictamente privado, y es aquí donde cobra licencia la intervención del Derecho, cuando algo tan privado como es el sexo, trasciende su ámbito normal, y se convierte en algo de naturaleza pública o social, momento en el que aparece ya la práctica de la prostitución, y dos de sus variantes o especialidades, como son la alcahuetería y la trata de personas.

La prostitución, es notoriamente conocida, como el oficio más viejo de la Historia, porque obedece a dos factores extremadamente unidos a la naturaleza humana: por un lado, la fogosidad varonil, que podemos reconocer como algo notable en los varones, y de manera más acusada que en las mujeres, por lo general. Por otro lado, la tradicional precariedad social de la mujer en relación al varón, que ha mantenido a las mujeres en dependencia masculina histórica, hasta el punto de que la mujer era considerada como una servidumbre o bien, a cargo de los varones. Por estas dos razones, las mujeres en situación de necesidad de supervivencia, encontraban una forma muy sencilla para escapar de tal precaria situación, prestándose a satisfacer la libido comunmente exacerbada de los varones, a cambio de una contrapartida económica o en especie.

Dentro de la generalidad de la institución prostitutoria, encontramos dos lacras más específicas, condenadas desde antiguo, tanto por la moral como por el Derecho: la alcahuetería y la trata. La alcahuetería consiste en ejercer de una tercera parte o parte mediadora, en la relación amorosa en ciernes. De tal manera, aunque es reprobable que nadie intervenga en la intimidad de cualquiera, esta práctica no siempre ha sido completamente negativa, sobre todo en periodos de la Historia, en que manifestar enamoramiento o deseo, estaba prohibido y castigado. Así, los alcahuetes, ejercían una estimable función para concertar uniones afectivas, imposibles de otra manera. Pero, la persecución de la alcahuetería, viene debido a los medios que suelen usar estos agentes intermediarios entre parejas, y a los fines prostitutorios para los que, en muchas ocasiones, se dedica este viejo oficio intermediador. El alcahuete suele ser astuto, y procura engañar con promesas falsas a sus víctimas, para que estas accedan a lo que, en la mayor parte de la Historia se ha considerado, como un mal para el cuerpo de la mujer, ante todo.

En cuanto a la trata de personas, estaríamos ante un rizar el rizo de la alcahuetería, ya que se completa el negocio de la intermediación afectiva y prostitutoria, con la mercantilización esclavista de las mujeres, e incluso de los varones, haciendo negocio empresarial de explotación, basado en tomar como rehenes a las prostitutas, las cuales, como hemos indicado, son tratadas como esclavas sexuales, cuyo rédito económico, constituye hoy día un beneficio, solo inferior al tráfico de drogas y de armas.

En nuestros días, a pesar de la laxitud moral existente, y a la relajación de la presión religiosa sobre las conciencias, que ha posibilitado una imagen de la sexualidad, carente de todo tabú, y, consecuentemente, legalizando la prostitución, y amparando, en cierta manera, toda la depravación que se produce en consecuencia, se califica a la prostitución como la esclavitud del siglo XXI, y se reconocen los males amplios que conlleva esta práctica en las mujeres, principales víctimas del negocio. Si la prostitución y sus especialidades, ya no suponen tanto una deshonra para la mujer, sí están claros sus efectos nocivos marginadores sociales, así como en cuanto a la salud se refiere.

FRAN AUDIJE

Madrid, España, 27 de agosto del 2023

Bibliografía consultada:
-«Induçiendolas con ofrecimientos o promesas». Rostros y prácticas de la alcahuetería en la Navarra del Antiguo Régimen. Javier Ruiz Astiz.
-Relaciones y confluencias de la alcahuetería en la España cristiana y musulmana. Revista digital para los profesionales de la enseñanza.
-«De los alcahuetes». Un estudio interdisciplinar del título XXII de la Séptima Partida de Alfonso X «El sabio». Cuadernos de Historia del Derecho, Ediciones Complutense.
-Internet y Wikipedia.

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