LOS QUE AMAMOS EXTREMADURA

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El pasado día 8 de septiembre, celebramos a la Comunidad Autónoma de Extremadura, y me ha llamado la atención un cartel anunciador, con un lema que rezaba: «Feliz día a todos los que amamos Extremadura». La sentencia de semejante frase, está dando a entender que hay personas que no aman Extremadura. Y mi extrañeza ante la sospecha de que pueda haber gente que nos odie a los extremeños, o que le seamos francamente indiferentes, me lleva a preguntarme: ¿Por qué?.

Es cierto que, en ocasiones, somos odiados o somos no queridos, sin haber hecho nada realmente especial, o realmente gravoso, para merecer el desamor. En este caso, estaríamos ante un problema, no de los extremeños, sino de aquellos que no son capaces de tragarnos. Algún lío mental se han creado, para que merezcamos de ellos esa tirria.

Por otro lado, también existe la posibilidad de que nosotros seamos los responsables de las antipatías que se nos tienen. En este caso, cabe preguntarse qué estamos haciendo para que caigamos tan mal.

Pero, continúan las preguntas a consecuencia de la sentencia tan ilustrativa del cartel que anunciaba la celebración: ¿Podría haber extremeños que odien o que no amen a su propia tierra?. Crearse enemigos exteriores a los extremeños y a Extremadura, es lo más común y normal, pero cuando el enemigo resulta que se desprende de nuestras propias entrañas, la cosa cambia bastante, y se vuelve mucho más grave.

Hay gente que culpa a los demás por sistema, de todo lo que le ocurre negativamente. Pero esto, bien sabemos desde el sentido común, que no es algo permanente, sino ocasional. Tan cierto como que otros inciden en nuestros males, es igualmente cierto que nosotros mismos somos responsables, también ocasionalmente, de nuestro propio infortunio.

Por tanto, es justo seguir preguntándonos: ¿Hasta qué punto los extremeños tenemos responsabilidad en que se nos odie o no se nos quiera?. Y también: ¿Sucede algo en Extremadura para que entre los propios extremeños existan rencillas de rencores y desamores?.

Nunca deberíamos permitir, más allá de nuestras fuerzas, que haya gente resentida con Extremadura, por una culpa achacable a nosotros mismos. Menos aún, consentir que los de nuestra propia sangre, anden enfadados y malhumorados, con la tierra y el pueblo que los vio nacer, y donde debería existir un clima de acogida fraterna, en todo momento, para todos.

FRAN AUDIJE

Madrid, España 10 de septiembre del 2023

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.


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