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Podríamos definir el patriotismo, como el sentimiento de amor hacia un país o nación, que te mueve a defender ese lugar del mundo. Profundizando algo más, también el patriotismo es la lucha de un pueblo por la nación que lo representa. Uno lucha por aquello en lo que cree firmemente, es decir, por aquello que ama.

Uno de los indicios del amor por algo, es que se es capaz de luchar y de darlo todo, por el objeto de nuestro amor. Y cuando se es capaz de dar hasta la vida, pues estamos hablando de la mayor intensidad y autenticidad del amor.

El objeto del amor patriótico es la nación. La nación es un territorio determinado, es un pueblo o ciudadanía que se asienta sobre dicho territorio, y es el Orden que se han otorgado esas gentes, para hacer crecer la sociedad que conforman. Una sociedad crece, cuando convive según unos valores que permiten a sus componentes, prosperar en la libertad, dando a todos las mismas oportunidades, y exigiendo trabajar y dar lo mejor de cada uno, para que, entre todos, se alcancen las metas comunes de desarrollo y progreso, sin excluir, dentro de lo posible, las metas personales que todos albergamos.

Los amantes de una nación, se deben realizar como seres humanos, teniendo en cuenta que, como ciudadanos nacionales, adquieren compromisos comunitarios y personales, y que deben trabajar y luchar por el éxito de ambos. A menudo, el éxito personal, repercute y contribuye en el éxito comunitario, y viceversa. Es decir, no es que si uno triunfa, solo se beneficie esa persona, al contrario, los éxitos particulares de cada ciudadano, son como granitos de arena que construyen a la nación. En realidad, lo común se hace posible gracias a la suma de los esfuerzos particulares de todo el conjunto de la ciudadanía.

Por esta razón es tan interesante que exista libertad y respeto de los derechos humanos, como valores esenciales de la comunidad nacional, puesto que los mismos van a contribuir al mayor incentivo del desarrollo de la causas personales de cada ciudadano. Un país o nación, donde solo una porción de la ciudadanía tiene acceso al éxito o a la realización personal de sus proyectos personales, nunca podrá avanzar los suficiente en conjunto, como para salir del subdesarrollo, y poderse considerar una «gran nación», porque solo la suma del potencial de todos los ciudadanos, sin excepciones, en un amor patriótico unánime, hace posible que ese país se saque el máximo partido, e, incluso, que incremente la capacidad con que cuenta, y se desarrolle más cada día, prácticamente sin otro límite que el que aconseje el sentido común.

La discriminación de unos ciudadanos, en favor de otros, no tiene sentido en un patriotismo sano. Todos podemos contribuir al engrandecimiento de nuestra nación, en la medida de nuestras posibilidades, y todos deberíamos contar con los medios para que ello se haga posible, y nos podamos realizar desde el valor particular que cada persona atesora, pensando siempre en que este trabajo personal va a contribuir al engrandecimiento de nuestra nación. El cainismo carece de sentido en una nación de verdaderos patriotas. Amar a tu país, es amar la libertad de tu prójimo, porque ello va a facilitar que todos podamos trabajar patrióticamente, desde nuestros valores personales, cuyo desarrollo es el que nos va a permitir ser felices, y hacer felices a los que nos rodeen.

FRAN AUDIJE

Madrid,España,16 de septiembre del 2023

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