Escucha el artículo.

Tiempo de lectura 2 minutos.

Yo creo que a muy pocos nos gusta vivir de la caridad o de la limosna, sencillamente porque es indigno de una persona, y porque este tipo de situaciones suelen ser extremas y excepcionales.

La gente normal, o lo más común, es vivir de nuestro esfuerzo, trabajando, aportando a la sociedad el granito de arena del sudor o del ingenio. Y esto es lo que construye una nación. Lo contrario, un país abonado a la subvención, al subsidio, y a la permanente asistencia de la teta del Estado, es un país dirigido al fracaso.

España, hoy día, merced a la política de sus actuales gobernantes, parece que camina en este sentido apuntado. Y es que, los que dirigen los designios de España en nuestros días, se han acostumbrado a no hacer nada para sacarle a su país la enorme capacidad que tiene, y, en cambio, acudir a la Unión Europea a poner la mano, para que Europa financie su permanencia en el poder.

Permanencia en el poder, a pesar de la crisis en la que estamos hundidos, que palían a base de dar limosnas a los españoles, pues no otra cosa son las llamadas «ayudas», para esto o para lo otro, que el Gobierno se inventa a cada dos por tres. Y no digo yo que no haya que ayudar a la gente, pero otra cosa distinta es hacer de la «ayuda», un sistema económico de desarrollo y subsistencia de toda una nación, porque tal sistema es una quimera, algo insostenible, el pan para hoy, y el hambre para mañana.

Me parece que, España, cuenta con un Gobierno que vive de la caridad de Europa, y quiere hacer de los españoles, unos mendigos, que también vivan de la caridad de un aparente dadivoso padre, que, si le quitamos la máscara, no es sino un Gobierno que nos esclaviza, y que nos conduce, en otros sentidos, hacia el totalitarismo, el recorte de derechos fundamentales, y la extinción de la democracia.

FRAN AUDIJE

Madrid,España,21 de septiembre del 2023

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.