ESPAÑA, UN PAÍS DESILUSIONADO

Escucha el artículo.

Tiempo de lectura 3 minutos.

Hace unos 10 años, un familiar mío estadounidense, acabado su periodo de formación universitaria en su país, hizo indagaciones para tratar de venirse a vivir a España, la cuna de su familia paterna. Después de tocar diversas puertas, y de realizar unas cuantas gestiones, quedó sumamente desilusionado, porque las ofertas de empleo que le ofrecían, eran sumamente ridículas, y no satisfacían las necesidades mínimas para que él se pudiera establecer en España. Al poco tiempo, le salió un trabajo en Estados Unidos de América, donde una multinacional alemana, le pagaba el sueldo equivalente al de un directivo en una empresa española, y eso siendo el primer empleo al que accedía, recién obtenido el título universitario.

Después de esos 10 años, mi pariente ha prosperado, y su vida ha ido en ascenso, en todos los sentidos, y, por supuesto, también en el sentido profesional y económico, pero siempre en su país, ya que a España solo viene de visita, porque quiere mucho a su familia de aquí, y porque le llama poderosamente la atención, aquellos aspectos de España que siempre se han considerado tópicos, pero que son la realidad de este lugar, de cuyo nombre no quiso acordarse uno de los grandes escritores y personalidades que ha dado la que también llaman «piel de toro».

La anterior anécdota, me parece sumamente elocuente sobre la desilusión que supone España, no ya para un extranjero que trata de establecerse aquí, comenzando desde «0», sino para los propios españoles, que nos desenvolvemos en una tierra que le concede gran importancia a los aspectos celebrativos, en lo que se ha bautizado con una palabra que se ha hecho internacional, la «fiesta», y que ha reunido su cultura entorno a todo lo relacionado con el ocio fiestero y juerguista. Pero, más allá de esto, España se para y se termina, realmente, porque ninguna fórmula relacionada con la libertad y con la prosperidad, desde el esfuerzo responsable, y desde la honradez, cuenta con fondo y con un futuro claro en este país.

En este sentido, encuentro a España completamente «descafeinada», en su democracia, y en el régimen bajo el que se organiza la vida de los españoles. Porque llevamos 40 años de corrupción cabalgante en las instituciones, que supone, no solo una sangría económica, sino un recorte de derechos. España continúa siendo el país de unos, y no de otros, cuando se abogaba en la Transición por una España de todos.

Finalmente, surge lo que tenía que surgir, después de décadas de políticos de este país robando a manos llenas, y violando toda clase de derechos, pero sin conseguir una vida mejor para sus ciudadanos: Pedro Sánchez Pérez-Castejón, una figura apolínea y lustrosa, que se está encargando de finiquitar la comedia que suponía la democracia española, y que ha entrado de lleno en el establecimiento de un nuevo régimen, que es su propia tiranía. Una tiranía, a base de aprovechar la desilusión y el desencanto de los españoles, que se llegan a conformar con exiguas «ayudas» del Estado, que no son otra cosa que limosnas, y un pan para hoy, sin futuro, que le sirve a este estafador para que le permitan instalarse en el poder, y acabar con lo poco de dignidad que todavía nos quedaba.

FRAN AUDIJE

Madrid,España,16 de octubre del 2023

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.


Descubre más desde REVISTA UNIDAD PARLAMENTARIA

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario