Por el Profr. Juan Pérez Medina.
Morelia,Michoacán, 9 de noviembre del 2023
En la entidad hay 2 millones, 263 mil personas ocupadas. De éstos, sólo 476 mil
trabajadores se encontraban registrados al IMSS, lo que significa que 1 millón 787 mil estaban en la informalidad; es decir, el 79 por ciento.
El 43.4 por ciento de las y los michoacanos, equivalente a 2 millones 60 mil personas, viven en condición de pobreza. La pobreza extrema incrementó de 2018 a 2020 de 5.3 a 7.6 por ciento, con lo cual pasó de 247 mil a 363 mil personas. estas personas tienen un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicasen por completo a la adquisición de alimentos, no lograrían adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana. El 40 por ciento de los trabajadores que cuentan con un empleo, no trabajan el tiempo suficiente para tener acceso a un ingreso suficiente. La mayoría de ellos no cuenta con la seguridad en el empleo, ni con seguridad social. Para la mayoría no existe la posibilidad de llegar a contar con una pensión cuando lleguen a viejos.
Un dato aterrorizante es que, en los últimos 25 años, incluyendo los meses que lleva el actual gobierno de la 4ª T, los trabajadores se contratan por servicios profesionales o de manera eventual, con contratos de uno, tres o cuatro meses si bien les va y, por si fuera poco, no se les entrega el tanto del contrato que firman y que deberían tener por ley, al mismo tiempo que adjunto a la firma de ese contrato va su renuncia en blanco. Así existen en la entidad miles de trabajadores, entre ellos algunos que ya alcanzan casi los 30 años laborando.
Otro fenómeno que se comienza a hacer costumbre es el hecho de que los trabajadores del sector público padecen de atraso en los pagos hasta por varios meses. En ocasiones, como en la entidad, hay trabajadores que llegan a trabajar años sin pago de salario y cuando finalmente empiezan a percibirlo, dejan años sin que el gobierno de cualquier nivel se los llegue a pagar.
El salario en la entidad se sitúa entre uno y 2.5 salarios mínimos, con lo que queda de manifiesto las bajas percepciones, debido en muchos casos a la calidad de los mismos. El salario se sitúa por debajo de la media nacional con un tercio menos en promedio.
Habría que destacar que un número muy alto, que promedia el 42 por ciento de los trabajadores que cuentan con un empleo, no pertenecen a algún sindicato. Las cosas empeoran si a ello le sumamos el número de sindicatos propatronales o blancos existentes y los sindicatos charros de la CTM, la CROC y la CROM, que en la entidad son mayoría apabullante con relación a los sindicatos democráticos o no corporativos.
Lo peor del tema es que no existe entre la inmensa mayoría de trabajadores, sobre todo los jóvenes, una conciencia sindical y, conocimiento de sus derechos laborales y sindicales y de la importancia de la organización para defenderlos. Muchos de estos trabajadores creen en la campaña antisindical que coloca a las dirigencias sindicales como los exponentes número uno de la corrupción, desalentándose a ingresar en uno o conformar su propia organización sindical, lo que es muy conveniente para los patrones. Si a ello sumamos la tendencia en contra de los trabajadores de parte de las juntas y los tribunales de lo laboral, entonces, el cuadro sindical y laboral en la entidad está para llorar.
Urge, en medio de esta ofensiva del capital neoliberal en contra de los trabajadores, insistir en la necesidad de la organización y sindicalización y en elevar su conciencia de clase. Sólo así se podrán impedir los abusos y se lograrán mejorar las condiciones de bienestar de los trabajadores y trabajadoras y alimentar la idea de que es necesario ir más allá de las reivindicaciones inmediatas o economicistas, subrayando que lo más importante y definitivo es la derrota del capitalismo, como elemento esencial de preservación de la vida planetaria.
Desde la CUT hacemos un llamado a asumir la tarea de promover la organización sindical independiente entre los trabajadores no organizados; promover autonomía y la democratización de los sindicatos ya existentes y buscar activamente la unidad de los trabajadores y sus organizaciones sindicales democráticas. Lo anterior debe incluir el acompañamiento de todas las luchas populares justas y la construcción de la unidad más amplia del campo popular en el estado y en país. Es necesario que se elaboré un plan de trabajo de periodo que abarque la actual coyuntura aprovechándola para trabajar entre la base. Debemos fortalecer el trabajo de base y la organización popular. Comprometernos a asumir los esfuerzos unitarios de la Convención Nacional de las y los Trabajadores de México, sin simulaciones para garantizar que la organización sindical y popular avance junto con la creación de empresas sociales cooperativas y solidarias como muestra de la génesis de una nueva economía.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.
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