Desde esta tribuna, ya hemos recalcado en múltiples ocasiones, que España no necesita tanto de una revolución política, como de una gestión competente de sus instituciones. Si alguna revolución estamos necesitando, es, sin duda, en cuanto a la honradez y honestidad de los políticos españoles, los cuales, desgraciadamente, nadan en un mar de corrupción, que es en lo que se ha convertido la política española desde los tiempos de Felipe González, pero en las últimas legislaturas de manera acelerada.

No faltan modelos de lo que hemos afirmado, y llevamos afirmando desde siempre, y el más claro creo que es el de la gestión de Isabel Ayuso en la Comunidad de Madrid, ejemplar en cuanto a la gestión, que es una gestión de mero sentido común, adaptada a lo que se defiende desde la Constitución de 1978, y al margen de ideales políticos poco o nada prácticos para lo que interesa: que los ciudadanos vivan con una buena calidad de vida, y en una sociedad de oportunidades para la prosperidad.

Para que no nos tilden de simpatizantes de la derecha a ultranza, ponemos otro modelo, también ejemplar, de la política de la izquierda, que venimos defendiendo desde esta misma tribuna: el de la gestión de Manuela Carmena al frente del Ayuntamiento de Madrid, en una pasada legislatura. Porque fue una gestión inclusiva y dialogante hacia la ciudadanía, que trató de eludir el enfrentamiento social, para representar a todos los madrileños, con la mejor fe que yo he conocido en la política española de las últimas décadas.

Desde luego, no debemos obviar que España lleva adherida una problemática muy particular, relacionada con su evolución histórica, y con la idiosincrasia propia de los españoles, siendo uno de los temas estrella el del independentismo y la cohesión nacional.

Al ser España nación que congrega una multiplicidad de regiones con distinción geográfica y cultural tan clara y marcada, el tema de la cohesión nacional es normal que se haya desmandado en momentos puntuales de nuestra historia. Uno de estos momentos, es en el que nos encontramos ahora, donde regiones muy concretas, como el País Vasco y Cataluña, cuentan con un fervor popular, impulsado desde los movimientos políticos, favorables a la independencia y la autodeterminación, los cuales han tomado fuerza efectiva, tras las últimas Elecciones Generales, como bien sabemos.

Venimos defendiendo desde aquí, que es razonable la cuestación popular en estas regiones, para que los ciudadanos decidan su futuro, siendo debidamente informados previamente de las ventajas e inconvenientes de tan decisiva determinación, como es debido en una democracia, y dado el impulso tan fuerte que ha tomado el independentismo.

Creemos que una España unida como hasta ahora, con las concesiones que el Estado ha realizado hacia aquellas Comunidades Autónomas con mayor vocación de independencia, es la mejor fórmula para continuar como nación, sostenida bajo la tolerancia de unos y de otros, porque dentro de la Unión Europea, no es viable la disgregación nacional, como es evidente en esta comunidad supranacional de Estados, que tratan de unirse y de cohesionarse cada vez más, porque no cabe otra solución en un mundo de bloques fuertes, que solo pueden sobrevivir merced a su potencia económica, pujanza comercial, e influencia político-militar.

Rogamos por una vuelta a la sensatez que demostramos los españoles en la década de 1970, momento de vivencias muy cercanas a lo que es deseable en una democracia y en un Estado de Derecho, en el que imperó el interés de España como nación, por encima de los intereses particulares y de partido. Debería volver a la política, la conciencia de que España no es una facción política u otra, sino que España somos todos y cada uno de los españoles, los cuales, como ciudadanos españoles y europeos, contamos con unos derechos que nunca se deberían dejar de respetar y de incentivar. Tampoco podemos obviar, que los españoles tenemos la ineludible obligación de trabajar por nuestro país, y de defender la democracia y la libertad, hasta el límite más heroico de nuestras fuerzas.

FRAN AUDIJE

Madrid,España, 12 de enero del 2024
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