Por: Raúl Jiménez Lescas

Morelia, Michoacán de Ocampo, 24 de enero de 2024.

¿Volvió para quedarse? No lo sé. Pero sí sé una cosa: Zedillo nunca nos va a olvidar. ¿A mí? No, para nada. Sino al Frente Nacional de Resistencia en contra la Privatización de la Industria Eléctrica (FNRCPIE). Dicho Frente le quemó la pólvora del cañón de Zedillo con el cual dispararía contra la Industria Eléctrica nacionalizada el 27 de septiembre de 1910, por el entonces presidente Adolfo López Mateos (del PRI), pero que alertó que vendrían traidores a la Patria (posiblemente Zedillo era un niño que vendía, según dijo, periódicos en la calle para ayudar a su familia).

El ex niño de la calle, escogió el Día de la Candelaría y de comer tamales en México, el 2 de febrero de 1999, para mandar una iniciativa al Congreso de la Unión, a fin de reformar (en realidad de contrarreforma) los artículos 25, 27 y 28 de nuestra Carta Magna para privatizar al sector eléctrico nacional y, como hicieron todos los sexenios neoliberales, entregar los bienes nacionales a sus cuates de las empresas trasnacionales (Iberdrola, Mitsubishi, Enel, etcétera) y, como es del dominio público, sacar su “diezmo” para sus bolsillos o, como el caso del ex presidente, ser parte de la empresa que privatizó.

Pero, de inmediato, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) brincó. Nos convocó a resistir y defender el patrimonio de México, amenazado por el alumno de Yale, Ernesto Zedillo Ponce de León. La Universidad Obrera de México me nombró su representante y como tal, participé en la fundación y organización del Frente Nacional. Le dediqué buena parte de mi vida y tiempo a esa tarea de resistencia nacional. Aún conservo la foto donde fui maestro de ceremonia, junto a Penélope Nava, representante del CGH de la UNAM. Se llenó el Zócalo de la Ciudad de México entre decenas, por no decir, centenares de actividades por todo el país para resistir la privatización que promovió Zedillo. Hoy con el movimiento por la 4a Transformación de México tenemos más pólvora y cañones para detener el neoliberalismo.

¿Qué lectura le dan al regreso del ex vendedor de periódicos en las esquinas con su majestad Aznar? “Dios los crea y ellos se juntan”, dice el dicho popular, o de tal palo, tal astilla: ahora como no pueden promover la privatización de la Industria Eléctrica o Petrolera, salen a defender la “democracia” contra la supuesta “dictadura” de nuestro presidente de la República, que ganó con más de 35 millones de votos en las urnas. Aznar, heredero del franquismo que a sangre y fuego destruyó la República, ahora sale a defender la “democracia” en México.

¿Habrá algún mexicano que les crea?

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