Por Luis Mac Gregor Arroyo
Uno siente remordimiento cuando obra mal. Es algo que a uno lo persigue a lo largo de día, los días o los años. Hay quienes pretenden olvidarlo con el paso del tiempo y lo logran. Hay quienes lo hacen hasta que presencian algo que les recuerda por donde brincó la liebre y su malestar vuelve. Hay otros que tienen recordatorios diarios y la culpa o la ignorancia los hace sentirse mal. Algunos logran superar eso y cambiar otros no. Sin embargo, hay un cuarto grupo que a diferencia del decir de “hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenos; pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”, en nuestro caso se trata del dirigente de una nación que se empeña en hacer sus caprichos por necedad, amargura, insensatez, y envidia. Tal es el grado de culpa de este personaje que día a día se empeña en el país a darle la cara al público para conseguir sus fines, que son saborear la posibilidad de tener voluntad y poder hacer a su antojo. Es alguien quien ha luchado toda la vida con estar en el poder ejecutivo, para lo cual ha batallado de manera constante y lo sigue haciendo. Para quienes pudieran compartir su punto de vista igual y puede ser alguien imprescindible. Desgraciadamente la realidad es otra. Se trata de una persona sin comprensión de qué es el poder en ciertos niveles, tal vez es que al tener la joya de la corona pierde el sentido de la realidad generándose enemistades innecesarias. Al grado de insultar ocultando su presencia, lo que causa que los agraviados muchas veces enfado, molestia, rencor y coraje. Pero qué hacer ante alguien quien todavía no acaba su periodo como mandatario.
Lo más preocupante es que ese “líder” ha llegado a tal soberbia que tiene un sistema para crear hologramas sólidos con antenas que dizque son para televisión e internet. En la capital es un hecho que prácticamente toda está cubierta con esa capa de tecnología, vaya uno a saber cómo están los demás estados del país, el hecho es que cuando se elimina esa fantasía que hace creer que la ciudad está limpia, se ve una masa de contaminación, una capa de nata que ya va para negra y es una preocupación. La pregunta es cuántos mueren de COVID y cuántos de contaminación ambiental. Y si se pueden generar cielos azules y limpios imaginarios qué más se podrá generar para estar disfrutando de una buena vida que en realidad no lo es. Se estarán generando alimentos con 3D sólidos ¿Eso nutrirá?
Y lo más dramático es que agarró como pretexto para poner esa red 3D hacer algo necesario para bloquear algo que no tiene la más mínima posibilidad de afectarle, primera porque no genera nada 3D que afecte el ambiente y segundo porque todo apunta a que simplemente agarró a una persona bajo pretexto de ayudarle, para avasallar a todos los que le apoyan o buscaron un sueño, muchas veces imaginario pero no lo encontraron, y lo que quedó era pedir ayuda al gobierno para solucionar las capacidades “mágicas” de quienes participaron en dicho desorden. Finalmente el jefe máximo decidió sacar provecho de dicho río revuelto y en un acto temerario (más bien cobarde) para apoderarse de todo lo descubierto y poseído por no más de 100 personas culpando al único que en ningún momento hizo algo. Así el pobre hombre que esto escribe es testigo de dicha atrocidad. El preciso generó en su pensamiento el plan perfecto. Eliminar al ingenuo a quien todos quisieron verle la cara y quedarse con todo lo disque generado para él.
¿Cómo lograr ello? Tal vez ese hombre que nada hizo deseó ser ayudado con la intensión de quitarse cierto mal, pero hay personas ingenuas y otras vivales que quisieron ayudarle a su manera perjudicándolo en vez de auxiliarlo. Finalmente, el dirigente nacional se hizo presente y con la idea de ayudar hizo todo lo anterior, viéndole la cara a todos los que a su manera quisieron ayudar a la víctima, quien sólo quería vivir, como lo había hecho durante toda su vida. Positivo o no, el hecho es que el hombre está vivo, sobreviviendo junto con familiares, conocidos y desconocidos.
Tal vez el presidente decidió encontrar una solución muy ad hoc con sus ambiciones: “Mato a ese hombre”, hago tarugos al resto y no sólo le veré la cara a los mexicanos sino a todos los territorios del planeta inmiscuidos en este sin sentido.
El hombre afectado vive gracias a la comprensión de los otros afectados de manera muy directa y otros no tanto, quienes han visto con claridad antes que él que todo este revoltijo fue una treta muy posiblemente desde el inicio, por parte del ejecutivo, para satisfacer su amplísimo sentimiento de impotencia.
Ojalá esto termine pronto y se vea la realidad. Nos están viendo la cara a todos los mexicanos y a los dirigentes y exdirigentes de otros países e inclusive a grandes cantidades de los habitantes de esos otros países. En México, no se diga más el daño es grave y no aminora, es necesario que ese líder recapacite antes de que sea tan tarde para la nación que ni siquiera nos quede con qué quedarnos con un poco de dignidad.
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