Sabemos que durante las campañas electorales, se produce un fenómeno manipulativo de la conciencia del elector, para tratar de darle a la realidad un aspecto que nunca ha tenido, de manera que los votantes caigamos en el error de apoyar el poder del más de lo mismo.

El más de lo mismo, no digo yo que sea malo. Es malo votar lo de siempre, cuando la gestión que se viene realizando es mala o pésima. Sin embargo, dar una oportunidad a la alternativa política en el poder, es bueno cuando de deviene una esperanza de que se van a gestionar mejor las cosas.

En Galicia, los gallegos han vuelto a demostrar que confían en el trabajo que lleva a cabo el Partido Popular. Vuelven a dejar a la izquierda política en un margen, con el detalle de que el presidente Pedro Sánchez, se volcó en estas elecciones, apoyando a su representante gallego, en la confianza de que su carisma e imagen, iba a conseguir arrastrar la victoria a sus filas. Arriesgada maniobra, porque la imagen apolínea y escultural del presidente de España, contrasta con la situación de su gestión personal, cuyos datos son incontestablemente deplorables, a pesar de que se maquillan

España está como está, queridos lectores, y Galicia, a pesar de su propensión a la derecha, es una muestra de que los españoles no somos tan estúpidos como podrían creer algunos políticos. Votamos lo que creemos mejor, en un momento dado. En los últimos tiempos, votamos lo menos malo, porque la corrupción política es generalizada, y eso no es bueno en ninguna parte.

Me alegro de que la democracia prosiga su camino hacia el reciclaje, y el apoyo gallego a los que, al menos en los discursos, defienden que nuestra democracia necesita una depuración en profundidad, me parece una buena noticia. Sigo pensando que España no necesita una revolución política, sino un revulsivo social que nos mueva hacia la revolución ética, hacia la solidaridad y la unidad de los españoles, lejos de nostalgias trasnochadas, donde se incentive el perdón y la reconciliación, y donde se promueva el valor del trabajo y el esfuerzo, en una España donde cunda la honradez y la honestidad, único vehículo que se conoce hacia la prosperidad y el respeto de los derechos humanos.

FRAN AUDIJE
Madrid,España,19de febrero del 2024

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