Una de las virtudes de mayor calado que puede ostentar cualquier persona, es la de la responsabilidad. El ser responsable, te conecta íntimamente con el cumplimiento del deber, porque la responsabilidad es un compromiso con la tarea que a uno se le encomienda, o que se encomienda uno a sí mismo.
El deber de mayor mérito que pueda darse en este mundo, es, sin duda, aquel cuyo compromiso es con el bien o el beneficio de todos los demás. Cuando nuestro trabajo, ya sea directa o indirectamente, repercute sobre otra u otras personas, en un sentido positivo, estamos hablando de una labor responsable, en cumplimiento de los deberes adquiridos.
Uno de los deberes de mayor consideración, por la alta responsabilidad que supone, es el deber de los gobernantes y de los políticos en las naciones. Por otro lado, debemos constatar que, a pesar del importante compromiso de responsabilidad que adquieren los gobernantes con su acceso al poder, es muy frecuente la ruptura de este compromiso de trabajo en beneficio del pueblo o de la ciudadanía de un país.
Particularmente grave es que esta ruptura del compromiso con el cumplimiento del deber, se produzca en una democracia y en un Estado de Derecho, máxime en nuestros días, y en el concreto marco de la Unión Europea, que es una organización supranacional de Estados, con amplio prestigio en el respeto de los derechos humanos, y donde se supone que los poderosos han adquirido un compromiso de especial valor, con el cumplimiento de los deberes a los que estas naciones europeas adhieren a sus gobernantes, mediante su legislación, y su promesa de gravedad extrema, hacia el respeto de la ley y del Derecho.
Volvemos a recordar, pues, que los políticos y gobernantes, en democracia, no llegan al poder para servirse a sí mismos, ni para que el pueblo y los ciudadanos les sirvan, sino para brindar un trabajo responsable, en beneficio de su país y de sus habitantes, sin que quepa excepción de ningún tipo.
Los derechos humanos, son la base y el fundamento de cualquier ordenamiento jurídico en el Imperio Occidental. Esto significa que, de no contemplarse derechos tan importantes, los demás, que penden y se desarrollan a partir de los mismos, pierden una eficacia extrema, hasta el punto de que podría suponer la esclavización de la persona o personas, cuyos derechos humanos son violados, ya que se encontrarían en una situación de virtual vacío global de derechos.
FRAN AUDIJE
Madrid,España,21 de febrero del 2024
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
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