MARADONA: EL HOMBRE Y EL MITO

Diego Armando Maradona, el Pibe de Oro, nació el 30 de octubre de 1960 en Lanús, provincia de Buenos Aires, Argentina. Su infancia se desarrollaría en Villa Fiorito, de la misma provincia Bonaerense, donde aprendió a jugar al fútbol, transformándose en la figura de “El Pelusa”. Su ascendencia, según recientes investigaciones, es de origen gallego, y en lengua gallega, su apellido es una apocope de “Mar da Dona” (Mar de la Virgen), relacionado con los municipios situados en la costa norte de Galicia.

De origen familiar muy humilde, al despuntar como futbolista, siempre soñó con sacar a su familia de la miseria. Muy pronto, no solo destacó como jugador de fútbol, sino que demostró un carácter muy carismático, lo que le llevó a ser líder en las canchas de juego, y fuera de las mismas.

Su salto al fútbol europeo, de la mano del Fútbol Club Barcelona, en España, comenzó a marcar la leyenda de Maradona. Tras una grave lesión que le mantuvo demasiado tiempo alejado de la primera línea de combate, el Nápoles italiano, realizó el fichaje más caro de la historia, al hacerse con sus servicios.

Nápoles, durante aquellos años, era la ciudad más deprimida de Europa, y la más despreciada de Italia. El Club de fútbol representativo de la ciudad, también acuciado por las deudas, solo debió poder ejecutar la incorporación de Maradona a sus filas, merced al favor de la mafia, en cuyo control se encontraba la ciudad napolitana.

La llegada del astro argentino a un Club de fútbol que nunca había logrado grandes títulos, constituyó todo un revulsivo, tanto para el Nápoles, como para la ciudad, que comenzó a tener un papel preponderante en la liga italiana, sin precedentes. Nápoles levantaba la cabeza por encima del resto de Italia, y la mafia de la Camorra, poderosa organización criminal en manos de la familia Giuliano, presumía con toda la intención, de su relación con Maradona.

Fueron tiempos en los que el considerado mejor jugador del mundo, solo comparado con Pelé, fue ahondando su leyenda, tanto en el Mundial de México, como en el de Italia, pasando de ser un santo, a ser un dios, de cuya mano Argentina también subía a los primeros puestos del fútbol mundial, con humillación incluida a su verdugo inglés de la Guerra de las Malvinas.

Al mismo tiempo que el mito de Maradona se constituía, el hombre se deconstruía, en una vida oculta de fiestas y de juerga, donde Diego perdió el control, cayendo en el vicio de la Cocaína y de las mujeres. Sabemos que el principal proveedor de todos esos vicios, fue uno de los hermanos de la familia Giuliano, Carmine, apodado “El león”, principal contacto de la Camorra con Maradona.

Una vez dentro del submundo de los vicios, el final del mito y del hombre, de Diego, y de Maradona, estaba sentenciado. Diego Armando Maradona, perdió el respeto por sí mismo, empujado en la vorágine del mal vivir, por una extraña camarilla de la que era acompañado, facilitándole la satisfacción de sus adicciones, y contribuyendo al derrumbe del mito, que incurría en toda clase de excesos, hasta límites de ridículo.

Maradona fallecía un 25 de noviembre de 2020, según el parte médico, de una parada cardiorrespiratoria mientras dormía. Pero, probablemente, existió un día desconocido de su vida, en el que el propio mito del fútbol firmó su final trágico, después de llevar a Argentina y a Nápoles al éxtasis de la alegría, jugada tras jugada, y gol tras gol, que marcaron toda una época, con el sacrificio de una pobre vida, para suerte y desgracia, portadora de oro en las botas.

FRAN AUDIJE

Madrid,España,26 de febrero del 2024

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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