Ya en 1992, Vladimiro Roca propuso, sin éxito, propuestas reformadoras al Partido Comunista, en el que colaboró su padre Blas, líder de la oficialista Central de Trabajadores de Cuba, CTC.
Fue expulsado de su trabajo. En el documento que Vladimiro firmó con los activistas proderechos humanos Elizardo Sánchez, Rolando Prats, Ernesto Julio Patterson y Manuel Cuesta Morúa, se alababan las reformas democráticas en lo político (glasnost) y en lo económico (perestroika).
Centraban su texto en sacar a Cuba de la crisis económica tras el fin del subsidio soviético, mediante reformas impostergables ( libre mercado, PYMES, empresas públicas y de propiedad privada, mercado libre campesino, derechos sindicales, ya que en Cuba no hay huelgas desde 1958).
En lo político: reconciliación nacional entre todos los sectores, y con la Cuba de dentro y afuera, del exilio; pluralismo político, libertad de prensa, libertad a los miles de presos políticos.
Una reforma constitucional profunda que retomara liberalizar, llevar al sistema a la socialdemocracia. Cambios sobre las estructuras vigentes. Evitar un derramamiento de sangre: cubano contra cubano.
Esto además, significa en un escenario de explosión social con oleadas masivas de migrantes desde Pinar del Río hacia isla Mujeres.
Con esto, proponía rescatar a la isla y evitar el cataclismo final del que estamos muy cerca, como lo reflejan las recientes protestas. Urge retomar su pensamiento.
El dictador, símil de Benito Mussolini: Fidel Castro, NO lo permitió.
Roca acabó en la cárcel tras fundar el PSD y lanzar el histórico texto » La Patria es de todos» en 1997, junto a los disidentes Martha Beatriz Roque, Félix Bonné y René Gómez Manzano. Los cuatro sufrieron prisión. Fueron liberados por la presión internacional.
Vladimiro murió el 30 de julio en La Habana a los 80 años.
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