ALGUNAS DIFERENCIAS FUNDAMENTALES ENTRE EUROPA Y AMÉRICA

Mientras Europa es un Continente que ganó la batalla al totalitarismo, y tomó partido por la democracia y los Estados de Derecho, finalizando la Segunda Guerra Mundial, y tras la derrota del Nazismo y del Fascismo, al mismo tiempo que se confinaba al Comunismo al otro lado del Oriente Europeo, América continúa caminando hacia su emancipación política, cautiva y presa de intereses de poder, que no están por facilitar la labor de que haya libertad y prosperidad en Iberoamérica, particularmente.

El sistema capitalista que mueve la prosperidad europea, y la del resto de sus aliados en el Occidente desarrollado, constituye un ahogo para zonas en desarrollo, como Iberoamérica, donde este capitalismo actúa de explotador de la riqueza, y de opresor de la libertad de los pueblos.

El problema de América no es de falta de talento, sino de la persistencia de estructuras de corrupción, que son fomentadas desde poderes externos, y desde los propios internos de estas naciones, puesto que se ha constituido una clase social poderosa en los mismos, que no quiere perder su hegemonía en absoluto.

En un momento dado de la Historia, también América le ganó la batalla al radicalismo anti libertario del absolutismo decadente europeo, cuando surgieron fuerzas imbuidas de ideas liberales, desde la Revolución Francesa. Pero las intenciones de los libertadores de América, en un momento dado, se quedaron en aguas de borraja. Continuó la lucha, no obstante, y de ahí las revoluciones mexicana y cubana, con lideres tan carismáticos y heroicos, como Villa, Zapata, Castro, o el Ché Guevara.

La Boa Constrictor, que nos ahoga a los hombres de buena fe, que clamamos por la honradez y el respeto a la diversidad, únicos vehículos para una convivencia fraterna, que haga posible la justicia social y la paz, mantiene su opresión sobre el cuello, y echa por tierra las ilusiones por la vida digna de millones de seres humanos, que viven prácticamente esclavizados, para que otros millones de personas puedan vivir prósperamente y en libertad.

Un fantasma se cierne sobre este músculo que no nos deja respirar, y es la enfermedad de la decadencia, puesto que, tanto Europa como los Estados Unidos de América, han renunciado al patrocinio de la cultura cristiana en sus políticas, ignorando que el origen de su bandera de la humanidad y los derechos humanos, no se sostiene sin el Evangelio cristiano, al cual renuncian, y no solo de manera tácita, sino en expresas declaraciones de intenciones, que se circunscriben también en los ordenamientos jurídicos, cada vez de manera más ostensible.

¿Qué está ocurriendo con la potencia del desarrollo y de la prosperidad?. Como observador de la realidad política y social en Europa, debo admitir que, por primera vez tras la última Guerra Mundial, Europa hace estos dos tipos de acciones: por un lado se miente a sí misma, y se engaña ella sola, con argumentos falaces de libertad para los marginados, de feminismo y de pacifismo, que son meras excusas que sirven de tregua para ir retrocediendo en la libertad, y en el respeto a los derechos humanos. Por otro lado, se produce el fenómeno de la táctica del avestruz, consistente en meter la cabeza en un hoyo, para evadirse del peligro. Pero el peligro sigue latente, cuidado.

Ahora mismo, en Europa, quien denuncia violaciones de los derechos humanos, no es una víctima, sino un demente, al que se apresuran a diagnosticarle una enfermedad patológica. Europa no se concibe a sí misma, como un lugar donde pueda acampar de nuevo el Nazismo, el Fascismo, e, incluso, el Comunismo, pero la vuelta de los mencionados fantasmas es perfectamente factible, toda vez que se continúa escondiendo la cabeza, como el avestruz, cada vez que se producen violaciones de los derechos humanos, perfectamente generalizables.

FRAN AUDIJE

Madrid,España,10 de abril del 2024.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores


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