El debate que no fue

Mario Ensástiga Santiago

Morelia, Michoacán, 9 abril de 2024

El INE reportó datos preliminares de que el debate presidencial alcanzó más de 7.4 millones de reproducciones en Facebook, 536 mil vistas en la red social X con 344 mil 214 espectadores; en YouTube 823 mil visualizaciones en español; 9 mil 800 en maya; 15 mil 800 en náhuatl; 34 mil 700 en tsotsil y 164 mil 300 en Lengua de Señas Mexicanas; el corte a las 22:00 horas, el hashtag #DebateINE  con 470 mil 982 posteos originales y reposteos; el hashtag #Elecciones2024MX 24 mil 406 menciones, mientras que el hashtag #ElINEestálist con 348 menciones.

Las grandes expectativas fincadas en el primer debate de tres que sostendrán las y el aspirante a la Presidencia de México se vieron totalmente diluidas frente a la extraordinaria complejidad, importancia y repercusiones de toda naturaleza en el presente y futuro inmediato de México.

Una vez más queda el tradicional cuestionamiento e insatisfacción ciudadana de la realización de los debates políticos en nuestro país, principalmente por el formato empleado que materialmente limita e impide exponer con mínima amplitud y claridad las propuestas de gobierno, los ¿cómos? y a final de cuentas el no cumplimiento de los objetivos de un verdadero debate político que es el conocer las ideas, propuestas, experiencias, personalidades, capacidades, conocimiento de los grandes e ingentes problemas y soluciones del México de nuestros días.

Más allá de algunas cuestiones importantes, pero menores frente a la ausencia de un verdadero debate, como los problemas del reloj contabilizador de las participaciones, de las fallas del Wifi en la sala de los medios de comunicación, del manejo de las tomas de escena; de la aparente frialdad de Claudia, la sobre sonrisa y lenguaje de señas de Máynez, de los nervios y bandera de cabeza de Xóchitl, es evidente que no tenemos y no sabemos organizar verdaderos debates políticos a la altura de las grandes transformaciones que estamos viviendo; necesitamos eventos políticos que entusiasmen, que abonen a la recuperación de la credibilidad ciudadana en la política y los políticos,  y en la repercusión informada y razonada de las preferencias y tendencias electorales.

Sin embargo, hay que decir que pese a toda las deficiencias y limitaciones señaladas, por el bien y mejoramiento de nuestra cultura política, es mejor realizar estos ejercicios que no hacerlos, por lo que es imprescindible hacer el esfuerzo por mejorarlos sustancialmente; el INE está severamente cuestionado y emplazado por el reclamo popular para diseñar un formato  que supere las deficiencias  para medianamente dejar satisfecha a la sociedad, ya que es imposible dejar al cien por ciento contentas a las audiencias; en consecuencia, el INE tiene la gran responsabilidad de “cranearle” a fondo para el diseño metodológico de los dos próximos debates y estar a la altura de tan importante e histórico momento y coyuntura política de México.

De igual forma, tenemos que superar la ya clásica liturgia política de la declaración inmediata de todas las candidaturas y partidos políticos que ganaron el debate, a priori de un serio balance y análisis político de lo que sucedió, por lo que me parece que complicado decir que alguien ganó el debate que, en verdad, no lo fue; en todo caso, me parece más sensato tratar de identificar lo que cada candidata y candidato lograron y perdieron al final del día.

 La llegada y pre debate, sin duda, totalmente favorable a Claudia, ello sustancialmente contribuyó a su mejor desempeño e implementación de la estrategia para ratificar la confianza personal, y en el imaginario colectivo, de que es la mejor propuesta y de que será la próxima Presidenta de México; Xóchitl, por su parte, perdió la oportunidad de remontar el claro rezago de las preferencias electorales; Máynez ganó el ahora ser más conocido a nivel nacional, aunque vaya a incrementar las preferencias electorales y posibilidades de triunfo.

Será seguramente en la segunda quincena de abril cuando veamos el comportamiento de las encuestas y preferencias electorales, particularmente de aquellas empresas que gozan de prestigio por su seriedad y ética profesional, ya que desgraciadamente han surgido muchas encuestadoras que sólo buscan confundir y desvirtuar la realidad político electoral que estamos viviendo.

El llamado post debate que tanto gusta a los medios de comunicación debiera ser el espacio o espacios para ventilar con mayor tranquilidad y extensión las principales propuestas políticas de gobierno de los aspirantes a la Presidencia de la República, de manera sustentada y comprobatoria, para que no sean simples declaraciones y promesas de campaña, generales y abstractas, cuestiones que materialmente es difícil hacerlo durante el debate en cadena nacional.

Los post debates debieran servir para que el pueblo pueda revalorar o desenmascarar los verdaderos y objetivos de los proyectos de Nación en contienda y la viabilidad política de las candidaturas que los representan. Mirando y pensando así las cosas, para mí definitivamente “este arroz ya se coció” a favor de Claudia Sheinbaum y el segundo piso de la 4t, sólo es cuestión de que transcurran las campañas y jornada electoral de manera civilizada, en paz y democráticamente, para ver si la Coalición Seguimos Haciendo Historia logra su segundo gran objetivo, además de ganar la Presidencia de México, alcanzar la mayoría calificada en el Congreso de la Unión.

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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