Incomodidad democrática

JOEL ORTEGA JUÁREZ

Ciudad de México 9 de abril del 2024

Desde 1958, cuando tenía doce años, he participado y soy partidario de la lucha electoral, la cuestión democrática para mí, no es un asunto de moda o una “etapa de acumulación de fuerzas”, mientras estalla “le revolución”.

Cuando creamos el SPAUNAM y luego el STUNAM defendí las elecciones por voto universal y secreto de los Comités Ejecutivos, estuve y sigo estando contra la reelección. Promoví la proporcionalidad, logro que prevalece hasta la fecha.

Después del secuestro de Figueroa por Lucio Cabañas promoví, junto con otros compañeros como el Comité Estatal de Puebla del PCM el viraje del partido hacia la lucha electoral y abandonar la ambigüedad ante la lucha armada. A la que siempre he considerado una vía imposible para el cambio.

En 1979-80 dimos la lucha dentro del PCM para su dirección fuese electa por voto universal secreto y directo, además con una integración proporcional, fuimos derrotados, aunque después el PSUM, estableció esos criterios, pero nunca los respeto e impuso el fraude como norma sistemática.

Dimos la lucha por los derechos electorales y políticos para el PCM, el PMT, el PST, el PRT y los partidos de la derecha extrema como el PDM “del “Gallito” de origen sinarquista.

Gracias a decenios de luchas y de movimientos se impusieron reformas electorales que le quietaron al gobierno la facultad de organizar y calificar las elecciones, que en realidad no existían en México sino hasta de 1997, cuando la oposición ganó la mayoría de la Cámara de Diputados y Cuauhtémoc Cárdenas triunfó en el DF.

Se creo el IFE, el padrón y la credencial electoral con fotografía, la organización ciudadana de las elecciones, los debates, la observación extranjera y muchas otras cosas. Nada extraordinario en el mundo occidental, pero inexistente en las dictaduras de derecha y de supuesta izquierda en la URSS, China, Vietnam, el este y centro de Europa y hasta la fecha en Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Las 20 reformas del presidente López Obrador pretenden establecer un sistema político semejante al cubano o al soviético: control absoluto del poder legislativo, del poder judicial y elecciones de carro completo eliminando a las minorías. Además de eliminar a los Institutos Autónomos, darle más poder a los militares e ir eliminado a la prensa, la radio y la TV críticas.

Eso es lo que está en juego en las elecciones del 2 de junio del 2024.

No se trata de inventar “conjuras”, ni la tontería de golpes de estado suaves o técnicos, para justificar esa regresión a más rancio estilo priista.

Es tiempo de defender los espacios democráticos conquistados desde las huelgas ferrocarrileras, magisteriales, petroleras, electricistas, telefonistas y de otros sectores de 1958-59; la década larga del movimiento estudiantil de 1956 al 1972, destacando el movimiento de 1968, el del 10 de junio de 1971 y el de casi todas las universidades del país, donde siempre reprimió el ejército a los estudiantes causando centenares de muertos, miles de heridos, detenidos y cientos de prisioneros políticos.

Todo lo que pretende el gobierno actual lo hace para defender a los grandes capitales, como Carlos Slim, Ricardo Salinas en pleito temporal, Televisa, Bailleres, Larrea, CEMEX, Maseca, que son los socios y en gran medida los dueños del poder económico y político del país.

No hay ninguna transformación para los trabajadores, los salarios siguen siendo menos del 30 por ciento del PIB, los salarios contractuales están bajo el tope salarial de “incrementos” del 3.4 al 4 % máximo, el desempleo es un escándalo, 60 % de están en la economía informal. No hubo política alguna de vivienda social. 60 % perdieron los servicios de Salud en el sistema de salud pública, la pobreza siguió creciendo. Un gobierno que aplica una política neoliberal, “adelgazó “ al Estado de manera impresionante despidiendo a más de un centenar de empleados públicos de salarios muy bajos (entre 6 mil y 2 mil pesos mensuales) la austeridad es una falacia, siguen ganando grandes sumas los altos funcionarios, baste ver como viven, sus camionetas blindadas, sus inmensas mansiones.

La corrupción es infinita. El 80 % o más de los contratos se han otorgado sin concurso o licitación alguna; los hijos y otros familiares del  presidente operan como “gestores” de grandes negocios para unos cuantos cuates o empresas inexistentes; hay fraudes como el de SEGALMEX.

El incremento de los precios de la canasta básica en éstos 5 años rebasó el 100 %, incluyendo las tortillas, los frijoles, la gasolina, las frutas, verduras, es un atraco a la economía popular.

Lo único “distinto” ante este panorama de política neoliberal, es la política de subsidios que inauguró Carlos Salinas y que según el propio AMLO beneficia a unos 31 millones de personas, entre adultos mayores, jóvenes sembrando futuro, becas que se usan como instrumento de control electoral. Lo que admitió el propio presidente cuando dijo que eran “una estrategia política”.

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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