Los niños y el genocidio en Palestina

SM Rico

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La situación de los niños en Palestina está marcada por la muerte y las heridas imborrables, es un reflejo de la condición humana, por el odio que genera el pueblo y el gobierno agresor, y por la humanidad, que solo mira desde la comodidad de sus hogares el genocidio que día a día se comete contra ellos.

Según la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de las Naciones Unidas, el genocidio se define como un delito de derecho internacional que puede cometerse tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra.

Esta convención especifica que el genocidio incluye actos destinados a destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Los actos considerados genocidio incluyen la matanza de miembros del grupo, causar graves daños físicos o mentales a sus miembros, someter al grupo a condiciones de existencia que lleven a su destrucción física, total o parcial, impedir nacimientos dentro del grupo y trasladar por la fuerza a niños de un grupo a otros.

Todo esto se lleva a cabo día con día en Palestina, y poco a poco se descubre la barbarie de las fosas comunes, actos atroces que incluyen tortura, extracción de órganos y enterrar cuerpos debajo de basura.

Mujeres y niños primero (video Redes Sociales)

A pesar de las críticas a las operaciones de Israel en Gaza, Estados Unidos sigue y seguirá apoyando militarmente a Israel, esto con los impuestos del pueblo norteamericano. Un hecho que los convierte en cómplices involuntarios del genocidio.

La humanidad es el enemigo (imagen Redes Sociales)

En cuanto al suministro de armas europeas a Israel, empresas italianas vendieron armamento por casi 120 millones de euros entre 2013 y 2022. Alemania ha enviado más de 1,000 motores de tanque a Israel, usados en tanques Merkava-4 y vehículos blindados de transporte de tropas. El Reino Unido también suministra componentes de armas a la fuerza aérea israelí, aunque es difícil saber exactamente qué se ha transferido debido a la opacidad de los acuerdos.

Los datos son desgarradores: Un total de 34 mil 488 palestinos han muerto y 77 mil 643 han resultado heridos en la ofensiva militar de Israel desde el 7 de octubre, según ha informado mediante un comunicado el Ministerio de Salud de Gaza, y entre ellos, una cantidad abrumadora son niños. En los últimos meses, más niños han muerto en Gaza que en los últimos cuatro años en todas las guerras. Estos números son un testimonio de la fragilidad de la vida y la facilidad con la que la inocencia puede ser aplastada por la política y el poder en busca de expansión y control.

Después de que su padre fuera secuestrado y su madre fuese asesinada por el ejercito sionista, este niño palestino de 10 años se hizo responsable de su hermano pequeño y ambos buscan comida por las calles de Gaza.

Ningún niño debería verse en esta situación y tener estas… pic.twitter.com/q2JOrqMGOU
— Palestina Hoy (@HoyPalestina) April 27, 2024

La violencia y el sufrimiento contra ellos se repiten constantemente. La guerra contra estos niños es una guerra contra la posibilidad misma del futuro, una negación de la promesa de lo que podría ser. Es así que para aquellos que lo realizan conscientemente es un deseo y un propósito de exterminio. Es, a fin de cuentas, el borrar no solo el futuro sino cambiar el pasado, lo que existió y que estorba para el futuro del pueblo agresor.

La situación en Gaza es un espejo oscuro que refleja la naturaleza trágica de nuestra existencia. Pues por un lado nos lamentamos, pero por otro seguimos apoyando a los comerciantes y gobiernos que compran y utilizan las armas que asesinan a estos niños.

En última instancia, la situación de los niños en Palestina nos obliga a enfrentar las preguntas más profundas sobre el significado de la vida y la naturaleza de este sufrimiento: ¿Cómo podemos, como humanidad, permitir que tales tragedias continúen? ¿Dónde encontramos la voluntad de afirmar la vida frente a tal desolación?

La tragedia de los niños en Palestina es un llamado a la reflexión, un desafío a nuestras nociones de moralidad y justicia. En este escenario de desesperación, debemos buscar la fuerza para crear un futuro donde tales horrores no sean una realidad eternamente recurrente.

Al final ocurrirá que su sufrimiento no tendrá exposiciones en museos, obras de teatro o películas que retraten año con año su dolor. Si lo permitimos, los grandes medios nos harán olvidar la tragedia y nos la retratarán como algo lejano, como algo que les pasa a algunos cuantos, porque lo más probable es que son culpables. Si permitimos eso, nos convertiremos también en monstruos.

Estos dos niños palestinos murieron abrazados uno al otro, cuando la aviación sionista destruyó su casa y los enterró vivos bajo los escombros, en el campamento de refugiados de Nuseirat, centro de Gaza.

Asi mueren los hermanos en Gaza, abrazados ante el terror de las bombas.… pic.twitter.com/9h1UsRABdO
— Palestina Hoy (@HoyPalestina) May 1, 2024