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Tras los cinco días de reflexión que se ha tomado el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, para decidir si dimitía o no de su cargo, y ante la esperanza que se abría en una gran parte de la ciudadanía española, de que se produjera esta posible dimisión, ya que existe una enorme masa de ciudadanos que se siente oprimida por la política de Pedro Sánchez y sus aliados independentistas, así como de la extrema izquierda, el presidente del Gobierno ha salido en tromba, dando bofetadas a diestro y siniestro, o, mejor dicho, a todo aquél que ha demostrado la más leve inconformidad con sus decisiones políticas, algunas de las cuales han sido llevadas ante la judicatura, y se encuentran en proceso judicial.
Sus amenazas, unas más claras, otras solo en alusión, se han dirigido hacia los dos poderes del Estado de Derecho, que han sido más críticos con él: Jueces y Prensa. Respecto a la prensa, Pedro Sánchez se ha expresado en los siguientes términos: «Debí haber actuado antes ante el problema de los medios digitales». Hacia los jueces, sus declaraciones han sido más veladas, apelando a la “movilización social”, y a la “conciencia colectiva de la sociedad española”, y convocando una concentración a las puertas del CGPJ, bajo el lema: “El golpismo se viste de toga”.
En otra de sus amenazas, Pedro Sánchez ha declarado: «He decidido seguir. Seguir con más fuerza si cabe al frente de la presidencia del Gobierno de España. Esta decisión no supone un punto y seguido. Es un punto y aparte».
Sin embargo, no es la primera vez que Pedro Sánchez amenaza a los medios de comunicación, ni a los jueces, sino que ha sido una constante a lo largo de sus años en la presidencia del Gobierno de España. A decir verdad, todo aquel cargo institucional que se ha manifestado en su contra, de la manera que fuera, ha sido fulminado, hasta el punto de que, paulatinamente, se han ido deshaciendo los contrapoderes del Estado de Derecho.
Desde esta tribuna, solo nos es posible decantarnos de parte de la verdad de la democracia, que, en Pedro Sánchez, como se viene demostrando, lejos de contar con un aliado, cuenta con un detractor.
El estilo de Pedro Sánchez es caudillista y dictatorial, a la vez que plenamente cínico y repleto de hipocresía. Por un lado, se le llena la boca con la palabra democracia, y apela constantemente al Estado de Derecho, y, por otro, se dedica a presionar a los órganos jurisdiccionales y a la prensa, cuando no toma el control de los mismos, que es, precisamente, lo que todos tememos en estos momentos aciagos para la democracia en España, dadas las amenazas que se han proferido, y los antecedentes en la forma de actuar de este presidente “sui géneris” en la Unión Europea.
FRAN AUDIJE
Madrid,España,1 de mayo del 2024
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