Cuando un tirano desea hacerse con el control de una nación, una de sus primeras medidas consiste en tratar de constituir un Poder Judicial manipulable, y obediente a la voluntad del tirano, con lo cual la Justicia se convertiría en un instrumento fundamental de opresión y de tiranía.
Esto, precisamente, es lo que ha intentado desde un primer momento, el actual presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, a través de campañas en contra de los jueces que combaten sus maneras corruptas y nada democráticas, acusando a la derecha política española de servirse de esta facción de la Justicia, contraria a ser sumisa a las pretensiones sanchistas.
Pero, también, llevando a cabo acciones manipulativas sobre la Justicia, donde se están desviando cada vez mayores facultades de investigación y persecución de delitos de corrupción, hacia el Ministerio Fiscal, especie de representante del Poder Ejecutivo ante el Poder Judicial, actuando contra el delito, a instancias de los intereses gubernamentales, precisamente donde se encuentra el mayor foco de corrupción. Otro de los principales órganos judiciales, como es el Tribunal Constitucional, ya se encuentra en las completas manos de Pedro Sánchez, donde son mayoría los jueces que simpatizan con este proyecto, que llaman “progresista”.
Durante los últimos meses, asistimos a una serie de casos de corrupción bastante graves, como el Caso Koldo, o en el que se ha visto involucrada la propia esposa del presidente Pedro Sánchez, que están en proceso de investigación judicial, y que cada vez arrojan datos más escalofriantes sobre los niveles corruptos, a los que ha llegado el actual Gobierno español.
En todos estos casos, especialmente el que tiene que ver más directamente con Pedro Sánchez, como es el de su mujer, Begoña Gómez, la izquierda política española, se encuentra tratando de ejercer una presión, rayando la ilegalidad, y, desde luego, en una actitud profundamente antidemocrática, para detener la acción de la Justicia española, de manera que se deje en una total impunidad la corrupción tan grave que nos está asolando, y de la que, probablemente, los terribles casos en proceso judicial, solo sean la punta del iceberg de la corrupción en España.
Pedro Sánchez utiliza una táctica, muy recurrente por su parte, que consiste en acusar a sus rivales, de lo que él mismo hace, en ocasiones hasta por quintuplicado. Es como si un ladrón y un violador, acusaran a otro ladrón y a otro violador, de robar y de violar. Algo incongruente, solo producto de una desfachatez y de una cara dura, bastante inusuales, y consecuencia de la falta de ética y de escrúpulos, a la que nos tiene acostumbrados Pedro Sánchez Pérez-Castejón, el tirano que viene, y el opresor que vuelve.
FRAN AUDIJE
Madrid, España, 6 de junio del 2024
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