HACER TRAMPA

El abuso de poder supone, hacer uso de la ventaja de una preponderancia, merced a la situación ventajosa que otorga el dominio político, para imponer maneras de comportamiento en los de administrados, o para realizar determinadas maniobras, que benefician a los actores y a cierto sector de la población, que entra dentro de los intereses políticos, valiéndose de la ventaja que otorga el privilegio de la titularidad del poder.

En una democracia, el abuso de poder es un atentado contra el propio sistema, porque se supone que la democracia es la participación de todos los ciudadanos, en la administración de sus intereses, bien mediante la participación directa de los mismos, o a través de representantes políticos, dentro del respeto a las leyes y al ordenamiento jurídico, el cual debería ser igualitario para todos los ciudadanos, y sus representantes políticos, de manera que no existan privilegios de unos con respecto a otros, y existan árbitros judiciales y jurídicos, que velen por el correcto devenir de las diferentes actuaciones político-administrativas que tengan lugar.

Por tanto, el abuso de poder en una democracia, es hacer trampa, ya que el poder político se vale de su preponderancia, para saltarse las reglas del juego, generalmente de manera engañosa y manipulativa, para imponer criterios de comportamiento en la población, o para favorecer circunstancias que beneficien a los titulares del poder, estableciendo privilegios y diferenciaciones, ilegales o injustas.

Una de las grandes tentaciones de los poderosos, es la de hacer callar a las voces críticas contra la gestión política de los mismos, en una trampa manifiesta, que en las democracias nunca debería tener cabida, puesto que estaríamos hablando de coartar la libertad de expresión, y de condicionarla, mediante la censura, u otro tipo de sanciones de carácter penal.

La libertad de expresión, es una de las principales garantías de participación ciudadana en la democracia, ya que permite a los ciudadanos emitir su opinión, favorable o desfavorable, sobre los asuntos políticos que se estén fraguando, además de permitir a los ciudadanos manifestar su diversa manera de entender la vida, o el gobierno de la nación.

En el momento que se acalla o se condiciona la libertad de expresión, se está menoscabando la capacidad crítica de la sociedad, fundamental para que sea posible mejorar las condiciones de vida, y para que los administrados puedan participar, de una manera u otra, en las decisiones políticas que se estén debatiendo, o que se vayan a llevar a cabo.

Miramos con expectante inquietud, el panorama político español, en el que parece que se van a producir sensibles agresiones conta la libertad de prensa, en uno de los diversos lances antidemocráticos que están teniendo lugar en dicha nación, desde la presidencia del polémico Pedro Sánchez Pérez-Castejón, en lo que constituiría una de las trampas de abuso de poder, que hemos tratado de definir en este escrito.

FRAN AUDIJE

Madrid,España,26 de junio 2024

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