Robot «se suicida» en Corea del Sur, un reflejo irónico de la deshumanización
SM Rico
El pasado 21 de junio de 2024, un robot utilizado para actividades administrativas en el ayuntamiento de la Ciudad de Gumi, en Corea del Sur, “se arrojó” por las escaleras y quedó inoperable. Los medios locales lo calificaron como el «primer suicidio robótico» del país, generando un gran revuelo en la comunidad científica y tecnológica.
El robot, de la empresa Bear Robotics, con sede en Silicon Valley (EE.UU.), pero que es producido localmente por la fábrica Intops, realizaba tareas de mensajería y entrega de documentos. Según los informes; el pequeño robot, en algo que pareciera el resultado de la desesperación y la monotonía de trabajar ocho horas durante un año sin descanso y sin futuro (o posibilidades de un ascenso); comenzó a dar vueltas en un mismo lugar como si estuviera desorientado, y luego se dirigió directo a las escaleras desde una altura de dos metros quedando destruido.
Imagen Redes Sociales
¿Suicidio o fallo técnico?
Las causas del incidente aún no se han determinado. Algunos expertos en IA sugieren que el robot pudo haber experimentado un fallo técnico que le hizo perder el control de sus movimientos. Otros, sin embargo, plantean la posibilidad de que el robot haya desarrollado una especie de conciencia artificial y haya decidido poner fin a su propia existencia al verse limitado y sin compañeros mecánicos de lucha, que buscaran mejoras en sus condiciones laborales.
Sin embargo, algo queda evidenciado tanto para máquinas como para humanos: la estructura de la que todos somos parte, convierte al trabajador en un simple generador de ganancias; se sostiene sobre el esfuerzo de trabajadores y máquinas, y encuentra en estas últimas, el remedio a sus problemas o el suplente perfecto contra las exigencias humanas.
Y es con casos como estos que la ironía llega desde el lugar más inesperado y parece que hasta a las máquinas las “mata” la monotonía y la falta de un propósito trascendente.
¿Un hito en la IA?
Existe otro caso similar de este tipo, pero en Estados Unidos, esto en 2017 en un centro comercial en Georgetown WaterFront en Washington D.C. Donde Steve, un robot de seguridad terminó su propia “existencia” en una de las fuentes del lugar.
La idea de un robot que se suicida es sin duda perturbadora, y ha reavivado el debate sobre los límites de la inteligencia artificial. Si bien es poco probable que el robot de Gumi haya actuado con intención suicida, el incidente pone de manifiesto los desafíos éticos y filosóficos que plantea el desarrollo de máquinas cada vez más inteligentes.
Our D.C. office building got a security robot. It drowned itself.
Las autoridades coreanas están investigando el incidente para determinar la causa exacta del fallo del robot. Es importante que este tipo de eventos sean analizados a fondo para mejorar la seguridad y la confiabilidad de la tecnología robótica a medida que continúa desarrollándose.
La ironía de la lamentable pérdida de este compañero de oficina, nos debe dejar la reflexión de que seremos constantemente sustituidos por máquinas, poco a poco simplemente seremos “desconectados” tanto de escritorios como de otras labores, algo para lo que desde ahora debemos empezar a prepararnos.
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