Podrían existir dos puntos de vista principales, para juzgar la grandeza de las personas:

Los hay que creen que se es grande, hundiendo al débil e indefenso, en la más infame miseria. Hay muchos que se sienten importantes, cuando se aúpan pisando el cuello del desvalido.

Me vienen las imágenes de los niños que trabajan en las minas, a cientos de metros en el subsuelo, picando minerales preciosos, que van a facilitar la vida de millones de personas, pero que a esos niños no les sacará de la miseria, ni les devolverá su niñez.

Veo a niñas en la flor de su juventud, sirviendo de deleite a hombres hechos y derechos, que pagan una fortuna por esa experiencia, pero a las pobres niñas no les libera de la tragedia de ser exclavas sexuales, y de ser desechadas a su suerte en cuanto contraigan el SIDA.

Se ven injusticias a lo largo y ancho del mundo, sobre las que reina una dolida y ensangrentada grandeza: la del sometimiento del paria, hasta dejarle seco y hundido en la más terrible humillación.

En cambio, existe otra forma de ver la vida, otra filosofía de la grandeza: la del que, en vez de hundir, levanta. La del que, en vez dar puñaladas, extiende la mano hacia el caído, para curar sus heridas y darle la oportunidad de una vida próspera.

Era la perspectiva de Jesús de Nazaret, y de tantos santos y profetas de la humanidad: ser grandes en el amor hacia todos los demás. Ser grandes haciendo grandes hombres, y haciendo grandes sociedades donde todos quepamos, y, así, haciendo un mundo para todos, en contraste con el mundo cicatero y discriminatorio, en el que haya pan para unos, y no haya pan, ni nada de nada, para otros.

Es la filosofía de la libertad, contrapuesta a la filosofía del esclavismo. En la libertad cabemos todos y colaboramos todos, en la consecución de la grandeza. En el esclavismo existe una clase dominante, que vive de chuparle la sangre a la inmensa mayoría. En el esclavismo, los grandes lo son a costa de los pequeños. En la libertad, los grandes son grandes, a base de engrandecer a los pequeños.

FRAN AUDIJE
Madrid, España,10de julio 2024.
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