El primer principio de la responsabilidad, es que el que está por encima de los demás, cumpla con su deber, para que, así, todos los que están por debajo, puedan tener la posibilidad de cumplir con su deber también.

El segundo principio de la responsabilidad, es estar a lo que se tiene que estar, y no diluido en asuntos que no me conciernen. Este es el principio más elemental de todos, tanto, que hasta se han hecho refranes y dichos sobre él: «Cada uno en su casa, y Dios en la de todos»; «Zapatero a tus zapatos».

El tercer principio de la responsabilidad, es hacer las cosas a su debido momento. Ir dejando la tareas de lado, o dejarlas para después, normalmente es engañarse a uno mismo, porque hacer lo que se debe fuera de su momento preciso, es hacer una chapuza, y es hacer las cosas mal. Hay un refrán muy ilustrativo sobre este principio tan evidente: «No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy».

El cuarto principio de la responsabilidad, es el más general de todos: ir con buena fe por la vida, tratando de hacer todo lo mejor que sepa hacerlo. Hacer mi tarea mal, pudiendo hacerla bien, es la mayor torpeza, porque perjudico a todo el mundo, y me perjudico a mí mismo. «Las cosas bien hechas bien parecen», se suele decir.

Y, por último, un consejo de buena persona para cumplir con el deber responsablemente: ama todo lo que haces, y ama a los que están a tu cargo. Solo así tu labor será destacada y sobresaliente. El que sabe hacer lo que tiene que hacer, pero no ama lo que hace, será siempre un mediocre. Recordemos también que, para amar, hay que poner a los demás y a mis tareas, antes que a mí mismo y a mis apetencias. El deber no es hacer lo que me da la gana, sino cumplir con la tarea encomendada.

FRAN AUDIJE

Madrid, España,14 de julio 2024.
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