NICARAGUA, NICARAGUITA, SANDINO


Por Federico Campbell Peña

Ciudad de México 18 de julio del 2024


El 19 de julio de 1979, hace 45 años, en un autobús de Guanajuato leí las ocho columnas de Excélsior: «Cae Somoza, Urcuyo lo reemplaza». Sentí enorme felicidad. En Unomásuno leí las crónicas de Blanche Petrich, con fotos de Pedro Valtierra, sobre el levantamiento del Frente Sandinista.
La amiga Rosa María Roffiel acababa de publicar el poemario «Nicaragua, Nicaraguita». La veíamos con Carmen Lugo en las comidas de FEM y de la revista Medio Oriente Informa, muy bien dirigida por Gloria López Morales.
Llegaban a la casa los escritores Ernesto Mejía Sánchez y Tito Monterroso, amigos de mi madre, Margarita Peña. Discípula de Mejía Sánchez, gracias a él trabajó el manuscrito «Flores de baria poesía» en la Biblioteca Nacional en Madrid, con la última edición en el FCE.
Cuando Ernesto fue el primer embajador sandinista en Madrid, fue al Congreso de la Lengua, con otros académicos.
Yo nunca pude viajar a Nicaragua porque al ser menor de edad no tenía pasaporte. No fui a cortar café ni algodón como hizo Adolfo Llubere con Edgardo Bermejo, del Comité Manos Fuera de Nicaragua (MAFUENIC), y la amiga finada Bertha Zapata Vela.
Tampoco fui en el bus escolar de Bloomington Indiana, donado a una escuela en Chinantega en 1989 por un Comité de Solidaridad de USA.
Llegué a Managua hasta 2005, cubriendo una gira centroamericana del canciller Luis Ernesto Derbez. Vi la Iglesia derruida por el terremoto de 1972, pero vi lo peor: dos murales de Arnold Belkin y de Vlady carcomidos por la humedad, destruidos.
Los pintaron en la efervescencia del triunfo popular encabezado por el Frente Sandinista del 19 de julio de 1979 que fue usurpado, sí robado, el triunfo popular que tantas vidas costó, por el dictador Daniel Ortega y su camarilla, entre otros.
Los murales acabaron pudriéndose debido a la indiferencia de la dictadora de Nicaragua, Rosario Murillo; nunca fueron restaurados por el INAH ni por la Embajada de México.


Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa

Ernesto Mejía Sánchez con Julio Valle. Foto: Cortesía JVC


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