LA ESTAFA NACIONAL

Siempre he mantenido que el pueblo debe ser exigente con sus representantes políticos, y, para ello, es de vital importancia que, el pueblo o la ciudadanía, encuentre algún modo de organizarse para manifestar su desaprobación ante determinados comportamientos políticos.

Según las encuestas, el primer factor de desaprobación en España sobre las políticas que siguen nuestros gobernantes, es el paro laboral, y el segundo, la corrupción política, sin embargo, no se ha tenido noticia de movilización social alguna, para manifestar el descontento de primera magnitud, que expresan las encuestas. Y lo mismo en el caso de la corrupción, la cual, sabemos bien, llega a niveles de verdadero saqueo y mofa, hacia España y hacia los españoles.

El actual Gobierno español, presidido por el señor, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, está aunando políticas inoperativas, con fórmulas claramente de tipo comunista, de inutilidad universal contrastada, con una corrupción todavía por descubrir, pero que ya se demuestra, en determinados casos, como el «Tito Berni», «Koldo», o el que está afectando al entorno familiar del propio presidente Sánchez, que tienen un cariz vergonzoso bochornoso, de suficiente categoría como para que este Gobierno caiga.

Pero este Gobierno, muy al contrario, no solo es que no caiga por el mero efecto de su incompetencia y de su desvergüenza corruptora, sino que se aferra al poder cada día con más fuerza, lo cual es una muestra inequívoca de carencia de principios democráticos, y de estar preparando, concienzudamente, un nuevo Estado español de carácter totalitario, en el que veríamos consumado un recorte de derechos fundamentales, como nunca se ha padecido desde los tiempos del régimen de Franco.

Sabíamos que la democracia no iba bien, excepto para los chupópteros de la teta del Estado, y sabíamos que los logros de la Transición democrática, capitaneada de manera bastante honrosa por Adolfo Suárez, un hombre con el talante indicado, de honradez, de demócrata, y de verdadero amor abnegado por España, requerían algunas reformas tendentes a su perfeccionamiento, de modo que se pusieran frenos legales y sistemáticos a la corrupción, y el Estado mantuviera una organización más democrática, beneficiosa también para mejoras estructurales que mejoraran la economía, y, dentro de la misma, índices como el del paro laboral.

Y, sin embargo, aun a sabiendas de todo esto, los españoles no hemos sido exigentes, es decir, que no hemos armado la de San Quintín, para que los políticos de este país nuestro, dejaran sus desfalcos y sus pillerías, y se pusieran manos a la obra de trabajar con honradez y abnegación, no por sus propios intereses y por su culo, sino por la sociedad a la que están representando, que los ha elegido para que la sirvan y la beneficien, pero nunca para que interpreten que España es un cortijo, donde mandan ellos, y donde nos toman el pelo a los españoles.

FRAN AUDIJE

Madrid,España, 10 de agosto 2024.

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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