Paula Leitón, miembro del equipo español de waterpolo femenino, se alzó con la medalla olímpica de oro, durante las pasadas olimpiadas de París. Pero, las emociones por este triunfo, que, sin duda, va a marcar la vida deportiva de estas atletas españolas, se tornó de cierta amargura, cuando, en Redes, se hicieron comentarios hirientes sobre el cuerpo de Paula, una de las jugadoras del equipo español de waterpolo que más ha destacado para la consecución de esta medalla.

Paula Leitón es de complexión fuerte, y destaca corporalmente sobre el resto de sus compañeras del equipo, puesto que es visiblemente más grande. Sin embargo, la destacada jugadora del equipo de waterpolo español, es femenina, y cuenta con una agilidad física bastante normal. Las críticas iban por el flanco de que es demasiado “gorda”, o por el de que tiene exceso de peso.

Cuando he leído las críticas, no he podido pensar sino en que debe existir algún tipo de canon de belleza o de raza, establecido por alguien que desconocemos. Al mismo tiempo, la certeza de que hay gente que mide a las personas por sus dimensiones físicas, nos produce cierta inquietud, porque estaríamos hablando de fascismo, la ideología política que propugnaba la preservación de la raza, y el perfeccionamiento de la misma, hacia una pureza ideal.

El caso de Paula Leitón, no es un caso aislado, porque a mí mismo me han llegado a mis oídos críticas de un muy parecido cariz, respecto a los órganos sexuales de varones y mujeres, en el sentido de que cualquiera con un pene pequeño, está lejos de dar la talla para ser valorado como persona, o de que las mujeres de pechos grandes son preferibles a las que los tienen más pequeños.

Por otro lado, debemos recordar que el aborto no es otra cosa que una táctica eugenésica, que busca evitar problemas a las familias, cuando los bebés vienen defectuosos, o con alguna tara, de manera que las familias se hacen pruebas para confirmar que el hijo que van a tener es perfecto, o si, por el contrario, es imperfecto, y ello supondrá quebraderos de cabeza a las familias, y al Estado el desembolso de inversiones en tratar a estos niños tarados, entre otras razones importantes que se esgrimen para abogar por el aborto.

Todos estos casos, recientes y muy frescos en la opinión pública, hablan de que en España se podrían estar desarrollando, grupos de ciudadanos con mentalidad fascista, homofóbica, y xenófoba, de lo cual en España hemos andado servidos en la Historia, no en vano el eminente poeta de la Generación de 1898, Antonio Machado, señala en su obra el odio entre los propios españoles, que califica con el término acuñado por él mismo, de “cainismo”, o de “España cainita”.

El resentimiento social, no es otra cosa que odio, y la marginación a la que son sometidas ciertas personas, porque no comulgan con el sistema de caciques, y de corrupción encubierta, que embarga a España, es odio, igualmente. Esa España que enarbola el lema de “Ni perdón, ni olvido”, hacia las victimas de los abusos socio-políticos pasados en España, también es odio. La envidia, uno de los pecados capitales de los españoles, según Fernando Díaz-Plaja, resulta que es otra forma de odio, o, al menos, suele desembocar en el mismo..

Cuidemos todo esto, por favor, para no caer en comportamientos sumamente crueles, que se han dado ampliamente en la Historia de España, una de las principales consecuencias de que los españoles estemos divididos, en lo que llaman “las dos Españas”, lo cual no es otra cosa que dos bandos enfrentados, de manera irracional e injustificada, en los que se divide la sociedad española, los cuales lastran claramente nuestro desarrollo como nación, y nuestra grandeza humana como sociedad.

FRAN AUDIJE

Madrid,España, 16 de agosto 2024.
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