EL NUEVO CICLO ESCOLAR Y EL MAGISTERIO DEMOCRÁTICO

Por Juan Pérez Medina

Morelia, Michoacán 26 de agosto del 2024

Hoy, lunes 26 de agosto de 2024, ha dado inicio el ciclo escolar en el país. Alrededor de 24 millones de alumnos de educación básica y 1.2 millones de maestros se suponen deben estar en las aulas. En Michoacán lo harán, 1 millón 267 mil alumnos en todos los niveles educativos, desde educación inicial hasta básica, media superior y superior, de acuerdo con los datos que emitió Gabriela Molina, la Secretaria de Educación.

Por lo menos una expresión sindical ha convocado a no iniciar las clases hasta que se resuelvan los problemas del magisterio que ellos han planteado y que se resumen en la necesidad de otorgar órdenes de adscripción a los trabajadores que estaban irregulares o comisionados en sus centros de trabajo antes de 2019; es decir, antes de la entrada en vigor de USICAMM; el pago a los trabajadores eventuales, las órdenes de adscripción a los trabajadores administrativos y manuales, cambio a código 10 o de base a los interinos contratados entre 2016 y 2018, etc.

Se inicia este ciclo escolar con más de 1500 escuelas privadas desde inicial hasta bachillerato; del total de las más de 12 mil escuelas existentes. Es Michoacán una de las entidades donde más ha florecido el negocio educativo. A ellas asisten cerca de 40 mil estudiantes. Su crecimiento se ha dado en el marco del neoliberalismo, que se ha destacado por la lucha constante de los maestros democráticos del país y, de manera particular de Michoacán.

Muchos padres de familia de una condición económica baja o media baja han optado por abandonar la escuela pública ante las acciones magisteriales y el abusó del paro de labores y el aprovechamiento de varios malos maestros, que aprovechando las situaciones abandonan sus responsabilidades y las escuelas que están en las comunidades.

El inicio de clases se da con muchas escuelas con baja matrícula y una plantilla desaprovechada, que en muchas ocasiones no da los resultados que se esperan. Lo anterior tiene múltiples factores, entre ellos la resistencia a profesionalizar y mejorar la labor docente y, en no pocas escuelas, sin mediación directiva eficiente, sin la responsabilidad individual y con la fuerte presencia de los grupos sindicales que se disputan la hegemonía en cada centro educativo. Los malos maestros son aquellos desclasados, que son clasemedieros, que simulan militar en el movimiento magisterial democrático de la CNTE, pero sus hijos no han pisado una escuela pública que es donde ellos trabajan; ya sea porque reconocen que trabajan mal y sus hijos merecen lo mejor o porque consideran que el tenerlos en una escuela pública los coloca en un estrato social más bajo.

Esbozados en el movimiento magisterial, dicen defender su proyecto sindical con sus OCHO TAREAS, pero lo cierto es que no lo conocen y mucho menos lo comparten. Están ahí para protegerse de sus acciones y desviaciones en su desempeño, dañando a la organización donde se integran, su profesión y, sobre todo, a las escuelas y alumnos.

Son los que están en contra de todas las iniciativas que signifiquen mejorar su trabajo, ajustarse a un desempeño ético y responsable y, mucho más allá, innovar en su práctica que, por lo general es tradicionalista, incluso la de aquellos que han discurrido por un posgrado y no se han perdido un “Educador popular”.

Se niegan a aprender a diagnosticar, a planificar y a accionar en colectivo. Muchos de ellos son buenos para sembrar la discordia, para exigir sus derechos, pero no para cumplir con sus obligaciones.

Los vemos en todos lo eventos, se destacan en sus comentarios, pero no sorprenden a quienes los conocen.

En medio de la atomización sindical y escolar. Se da inicio a un nuevo ciclo escolar con muchos adeudos con los maestros de base, no sólo de parte de las autoridades, sino también de los que se dicen representantes sindicales, de las diversas expresiones existentes.

Un año que inicia es una buena oportunidad para reflexionar y tratar de rehacer lo mal hecho o lo que se ha dejado de hacer. Lo que se ha abandonado. Creo que el problema principal es interno. Si la organización magisterial se recompone, busca a toda costa la unidad (que pasa por la voluntad de renunciar de los actuales representantes de las diversas expresiones y de poner en manos de la base la elección de una nueva representación arbitrada por la CNTE nacional y pasa además, por la reconciliación en cada centro de trabajo y delegación) y ponen por delante las tareas educativas, sin el menoscabo de la lucha por sus demandas, el resultado será benigno para el sistema escolar, para la unidad interna y, sobre todo, para la CNTE, que volverá a contar con una de sus fuerzas principales de las últimas tres décadas.

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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