Cuando en un país existe Seguridad Jurídica, sabes que puedes hacer planes en muchos sentidos, porque, salvo casos de fuerza mayor, saldrán los planes con el resultado planeado en un principio.
Cuando no existe Seguridad Jurídica en un país, te ves obligado a ir improvisando las cosas que haces, porque pocos factores están determinados por normas que se respeten a rajatabla. Esto significa que, la manera de actuar, viene determinada por el capricho, y no por una razón escrita y pactada previamente.
En España siempre nos hemos reído del carácter alemán y centroeuropeo, al cual hemos tildado despectivamente de «cuadriculado». Lo de «cuadriculado» viene porque allí sabes lo que va a pasar. En la Europa seria y formal, las normas y las leyes «van a misa». La gente, en aquellas naciones, no suele ir por libre, sino que se atienen a lo que está escrito y convenido por la autoridad. Una autoridad que, desde la base de su Ordenamiento, ha convenido el respeto de los derechos humanos, y esta regla difícilmente se la saltan, de tal manera que, si algún poderoso hiciera de su capa un sayo, se monta la «marimorena».
Todo esto lo puedo atestiguar por mi propia experiencia. En Europa, pocas medidas de seguridad existen en los establecimientos, porque lo de robar en las tiendas es una costumbre casi inexistente, salvo casos muy raros. Lo mismo ocurre en los Transportes públicos, donde pocos controles se realizan. Estuve en una ocasión en el Campamento religioso de Taizé, en Francia, y existía un riguroso horario para levantarse por las mañanas y acostarse por las noches. Igualmente estaban indicados los horarios de celebraciones religiosas y de comidas. Pues lamento tener que decir que, los que siempre íbamos rezagados e incumplíamos estas normas, éramos nuestro grupo de españoles, muchos de los cuales tenían especial dificultad para cumplir el horario de acostarse por las noches, y nos tenían que llamar la atención porque no dejábamos descansar al resto del campamento.
La Seguridad Jurídica no deja lugar a la improvisación en aquello que importa, teniendo en cuenta que existen campos de la vida donde se puede y se debe improvisar. Pero un inversor extranjero, quiere contar con la seguridad de que su dinero va a prosperar, una vez lo materialice en una fábrica o en una red de ventas. Si no existe Seguridad Jurídica, esa garantía de prosperidad se esfuma, ya que pasa a depender del azar y del capricho, en una medida demasiado alta.
Se puede poner otro ejemplo, bastante ilustrativo: Gibraltar, la única colonia extranjera en un país de la desarrollada Europa. ¿Cómo es posible a estas alturas de la historia?. La respuesta es, al mismo tiempo, sencilla, pero de enorme complejidad. Gibraltar es un enclave altamente estratégico para los intereses internacionales, y está, a interpretación de la primera potencia mundial, los Estados Unidos de América, en las mejores manos para sus intereses, ya que los británicos mantienen una constante de apoyo a los Norteamericanos, y estos han aprendido a fiarse de ellos. Pero España carece de consenso en política internacional, dando unas veces la de cal, y otras la de arena.
La garantía y la confianza en que el destino permanece firme, merced al respeto de las normas y las leyes, no es cosa de mofa ni de risa, sencillamente es la diferencia que existe entre el desarrollo y el subdesarrollo.
FRAN AUDIJE
Madrid,España,19 de septiembre del 2024
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