Efectivamente, existen hechos históricos que no son del agrado de muchas personas, y se comprende bien que, los que se consideran derrotados por la Guerra Civil española, entre 1936 y 1939, hagan ascos de cualquier vestigio que pueda hacer referencia a aquella época, y a sus consecuencias, como fueron los cuarenta años de dictadura del General Franco.
Personalmente, soy de la opinión de que, en aquella cruenta guerra entre hermanos, no hubo vencedores, porque cayó derrotada España entera, aunque pudiera haber habido una imposición de un Ejército con respecto a otro. Aquellas armas entre las que murieron y padecieron tantos españoles, eran españolas, y los exiliados y su corazón encogido y sobrecogido, eran españoles, lo mismo que aquellos niños y sus desesperados padres, pasando hambre, eran españoles. Todo lo que se destruyó en aquellos tres largos años de combates buscando la justicia, cada bando por su lado, eran obras construidas por el esfuerzo de españoles. Por tanto, yo no creo que hubiera vencedores y vencidos, porque fuimos todos derrotados por el odio, el egoísmo, y el fanatismo insolidario entre hermanos.
Dicho esto, debo agregar que, las guerras, se alimentan y se alientan, precisamente, de fanatismo y de radicalidad, y que, el hecho de que existan unos señores de un partido, que se empeñen en borrar la Historia, a base de volver a enfrentarnos a los españoles por un conflicto simbólico, como es el de la basílica del Valle de los Caidos, porque a estos señores les parece que tiene más importancia un vestigio histórico simbólico, que la paz y la concordia que nos hace convivir a base de trabajo honrado, y del bienestar de contar con una serie de servicios sociales, que funcionen con efectividad y buen rendimiento, pues me parece que no es sensato ni cuerdo, porque significaría volver a una situación de tensiones sociales, ya bastante tensionada la sociedad por el paro laboral agudo, y por el deterioro económico de España, así como por la degradación político-democrática que estamos padeciendo, todo lo cual se traduce en un recorte efectivo en los derechos y en nuestro Estado del bienestar.
Los señores que están resucitando estos fantasmas del pasado tan poco operativos, relacionados con un símbolo, al cual, por otro lado, ya se le ha despojado de su valor político, arraigado en un par de tumbas significativas que había, son, a su vez, otros políticos, que deberían tomarse con mayor responsabilidad sus funciones gestoras y representativas de todos los españoles, para comprender que, los españoles, lo que queremos, no es otra guerra, sino convivir en paz y concordia, disfrutando de una educación y de una sanidad de calidad, en la libertad del trabajo honrado, de poder expresarnos, debatir, y discrepar, también en libertad y sin miedo, y, en definitiva, respetando la libertad de cada cual a vivir como le parezca, dentro de los márgenes de un mínimo decoro que posibilite la existencia digna de todos los españoles, sin excepción alguna.
FRAN AUDIJE
Foto. De la página web oficial de la Abadía benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos .
Madrid,España,12 de octubre del 2024
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