Acuérdense, queridos lectores, de aquel famoso timo, de auge entre los años de 1960, y 1980, principalmente, mediante el cual un timador se hacía pasar por un disminuido mental, ofreciendo unos billetes grandes, bajo la pretensión de que vendía estampitas. Cuando se destapaba la estafa, había quedado claro que el timo había surtido efecto, debido a que el timado, es decir, la víctima, quiso aprovecharse de este disminuido camuflado, que, en realidad, era un astuto estafador.

Un amigo policía, me confesaba que, las víctimas de este timo, acudían a la comisaría a denunciar lo sucedido, narrando los hechos con la cabeza gacha, debido a la vergonzante realidad de que fueron estafados por sinvergüenzas, es decir, por pretender aprovecharse de un aparente disminuido psíquico.

Eran timados, pero muy bien timados, puesto que no fueron capaces de resistir la tentación, presentada en bandeja por los timadores, de aprovecharse de una pobre persona, que no sabía distinguir el verdadero valor de las cosas.

Este timo nos está cuestionando sobre la calidad como personas, de demasiados de nosotros, porque somos así de ruines y de miserables, y solo mientras las cosas vayan por cauces muy normales, tenemos capacidad de comportarnos con honradez y pacíficamente. Sin embargo, en el preciso instante en que nos ponen la tentación a huevo, la mayoría sucumbe irremisiblemente a la tentación, muy a sabiendas de que estamos haciendo el mal.

El pecado original de la Biblia, el cometido por Adán y Eva, al dejarse seducir por la serpiente, en representación del diablo, y comer de la manzana prohibida, es uno de los mejores antecedentes de la realidad a la que estamos abocados los hombres: ceder a la tentación, y traicionar nuestros propios ideales, en el momento en que nos colocan una necesidad suculenta, para que la satisfagamos egoístamente.

Resumiéndolo todo, se trata de cuando un timador tima a otro timador, lo cual nos debería llamar a la atención de la clase de personas que somos, pues, como dice el refrán: “En la mesa y en el juego, la educación de ve luego”.

FRAN AUDIJE
Madrid, España, 21 de octubre del 2024

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