El título de hoy viene relacionado con mi recuerdo de las regañinas que me dedicaba mi padre, cuando en la adolescencia trataba de educarme, poniendo los puntos sobre las íes, y dejándome bien claras algunas cosas, gracias a las cuales hoy día soy mejor en muchos sentidos. Mi padre me amonestaba verbalmente con todo el cariño, y con todo el amor de un buen padre, porque me quería, y yo le importaba.
Debo decir, de igual manera, que en nuestra Espana de hoy, nadie debería rajarse las vestiduras, porque se denuncie la corrupción política, y se deje a las claras el crimen organizado en el poder. Esto se debería hacer siempre, esté quien esté ahí arriba, y fuera cual fuere el color, o el signo político encargado de regirnos.
El abuso de poder, solo provova marginación, desigualdad, insolidaridad, persecuciones, violaciones de los derechos humanos… en definitiva: injusticias y destrucción, en una sociedad donde deberíamos tratar todos de aportar y de arrimar el hombro, conforme a nuestro talento o ganas de contribuir a un mundo mejor para todos, donde todos tengamos cabida, y seamos reconocidos, sin excluir a nadie.
Por otro lado, tampoco me parece de recibo, cargar contra personas o personajes, que cumplen con su deber, y que trabajan por todos con la mejor de las intenciones, por razones de antipatía política, o por otros condicionantes que no obedecen a lo racional ni a lo sensato.
Debemos reconocer que, el carácter de los españoles, es bastante apasionado, y hasta irracional en ocasiones, lo cual nos viene cegando a reconocer la delincuencia que, por desgracia, hay instalada en muchos ámbitos del poder político en España, prácticamente desde que comenzó la andadura de la democracia en nuestro país.
En la política española, hay gente de mucho valor, con capacidad para hacernos el bien a todos, y para que España crezca, prospere, y sea un lugar hermoso donde vivir y convivir. Cuando hablo de estos valores políticos, me refiero a todos los partidos, o, al menos, a los de mayor representación. Sin embargo, ocurre que esta buena gente está relegada, lejos de los puestos de decisión política, a los que han dejado con escaso margen de influencia. Mi ruego es que se les rescate, por el bien de todos, ya que los malos y los malvados, tuvieron su oportunidad, y hemos comprobado hasta donde son capaces de llegar.
FRAN AUDIJE
Madrid,España 26 de octubre del 2024 Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
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