EL DEBER DEL ESCRITOR

Escribir es una vocación que surge de la necesidad interna del ser humano de liberarse de sus angustias e inquietudes. Cuando uno escribe, se libera del dolor de la vida, y se realiza como persona, pues, como tales, nos acucia la necesidad de expresar lo que sabemos y lo que sentimos.

Es este uno de los rasgos que mejor definen al hombre, su capacidad y su necesidad de expresarse, de transmitir a los demás lo que somos. Y no lo hacemos solo a través del lenguaje escrito o verbal, sino también a través de todas las maneras posibles de creación y de arte.

No somos el único elemento de la creación que se expresa, todos los seres vivos lo hacen, incluso, la naturaleza nos transmite mensajes a través de lo inerte y de los fenómenos atmósfericos, geológicos e interesterales. Dios mismo, para los que creemos en su existencia, nos habla por medio de toda su creación. La filosofía y la religión, no son sino disciplinas dedicadas a descubrir lo que Dios nos quiere decir. El hombre, gracias a la razón, se hace un montón de preguntas, a todos los niveles de profundidad, y para estudiar las respuestas a las dudas humanas, necesitamos observar, analizar y expresar. Son los tres estadios mediante los cuales el hombre razona y descubre la realidad en la que está inmerso.

Está bastante claro, entonces, que la expresión es una necesidad tan importante, como alimentar el organismo, realizar las necesidades fisiológicas o respirar. Todas estas necesidades son tendentes a preservar la vida física, pero los hombres contamos otra parte espiritual, que vive y se alimenta para poder vivir, siendo la capacidad de expresión, el instrumento principal que tiene nuestro espíritu para poderse alimentar y vivir. El cuerpo y el espíritu se necesitan mutuamente para poder existir en este mundo, de tal manera que ambos están interelacionados. El cuerpo humano está ideado para servir a las necesidades del espíritu, porque es el espíritu el que debe gobernar todo lo corporal, que cobra sentido gracias a lo espiritual.

Es evidente que el cuerpo tiene vida por sí mismo, pero lo humano se pierde en favor de lo animal, cuando las necesidades fisiológicas mandan y dan sentido a la parte espiritual.

Por eso a la libertad de expresión se le ha dado la categoría de Derecho Humano y fundamental de la persona, porque cualquier hombre al que se le capa la posibilidad de expresarse, y de expresarse libremente, pierde muchos enteros como ser humano, pierde demasiado valor como persona, hasta el punto de que se convierte en un esclavo, y se queda sin ser lo que es. La libertad de expresión, es una libertad intrínseca a la dignidad humana. Un país o cualquier otro ámbito, sin libertad de expresión, antes o después, estallará como una olla a presión sin escape.

El deber del escritor, no es escribir para guardar en un cajón, o para deleitarse leyendo solo él mismo lo que escribe. Un escritor así, no está expresando nada, aunque escriba, porque la expresión solo tiene sentido cuando la conocen los demás. Si agarramos un pájaro y lo encerramos en una jaula, el pájaro no podrá volar, que es una parte fundamental de su ser. Seguirá siendo un pájaro, pero un pájaro que no se puede comportar como tal, un pájaro que no puede dar rienda suelta a su necesidad de volar, y de comportarse como un pájaro. Es decir, que habremos anulado la libertad del pájaro, y, por tanto, el pájaro ya no será un pájaro, sino un bicho enjaulado, que, al verlo, nos recuerda a los pájaros.

FRAN AUDIJE

Madrid,España 28 de octubre del 2024
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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