TIRANOS, INDIGENTES, Y MEDIOCRES

Cada uno y cada cual, ve el mundo que le rodea según la experiencia que tiene del mismo. Así, el tirano y el opresor, suele mantener una visión bastante positiva del mundo, y lo ve como grande, avanzado, lleno de luces de colores. Muy al contrario, el pobre e indigente, ve el mundo como algo decadente, repleto de mierda, una enorme cloaca, donde se sucumbe, y se cuece su desgracia.

Entre medias, tenemos al ciudadano medio y mediocre, que vive dejándose llevar por la corriente, ni tulle ni mulle, en una vida convencional, donde unas veces le va mejor, y otras un poco peor. Abandonado a la fuerza que le lleva, sin mayor resistencia, acata sin meditación lo que se le dice, creyendo a pies juntillas en los postulados esgrimidos para abusar del poder.

Las religiones, sobre todo el cristianismo, abogan por dejarse a la voluntad de Dios. Nada de lucha ni de revoluciones, porque Dios tiene el mejor de los planes para sus amados hijos, y no los abandonará. Es más, si eres pobre e indigente, será porque Dios así lo ha querido, y debemos saber acatar la voluntad de Dios, que, no obstante, nos ha de premiar en la otra vida, por los padecimientos aceptados con resignación.

La anterior componenda religiosa, es la generalmente aceptada por la Iglesia católica, una de las de mayor extensión en el mundo. Se trata de una componenda adaptada a los intereses del poderoso, un argumento interesado, de cara al mantenimiento y justificación de la tiranía y de la opresión, ejercida sobre el pueblo, dividido, como dijimos, entre los pobres e indigentes, y los medios o mediocres.

El pobre e indigente, suele ser un luchador, que no se conforma con el mundo que le ha tocado. Su postura ante este es, por tanto, beligerante, crítica, feroz ante la injusticia que se perpetra contra él, y contra otros como él.

La verdad es que, cuando no tienes nada, poco te importa, incluso, morir luchando por lo que te mereces, una vida, cuando menos, como la de los mediocres, que tienen pan y un hogar, han formado una familia, sin mayores problemas que los estipulados para los que han tenido la suerte de no toparse con la tiranía impositiva del opresor, y, aunque abandonados a la corriente, no les falta casi de nada, y sus carencias son las de la mayoría semejante a ellos, una enorme masa de gentío conformada y satisfecha.

FRAN AUDIJE

Madrid,España 30 de octubre del 2024
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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