HACER INVISIBLE LO VISIBLE

Antonio Machado, uno de los más certeros críticos de la Generación literaria española de 1898, acuñó el término «Cainismo», expresando una de las más nefastas características de la idiosincrasia española, la cual, desenredando dicho término, explica, en paralelo con el pasaje bíblico del Génesis, en el que Caín asesina a su hermano Abel, por recelos y envidia, cómo los españoles vivimos una apasionada pugna contra nosotros mismos, en una fratricida y estúpida lucha.

Solo de tal manera, puede explicarse que uno de los paises de mayor tamaño en la desarrollada Europa, y de los más agraciados por la naturaleza, dentro de dicho ámbito continental, permanezca en uno de los últimos lugares, según datos estadísticos, de una de las entidades supranacionales de mayor potencia mundial: la Unión Europea.

España se bate en un continuo conflicto consigo misma. Por un lado, somos una de las sociedades más politizadas, de manera que, el propio Machado, indica que nuestro país se encuentra dividido en dos: «Españolito que vienes al mundo, una de las dos Españas, ha de helarte el corazón». Y llama la atención, el elevado número de ciudadanos dedicados a la política, ejerciendo labores en el seno de los partidos, o trabajando en las instituciones como representantes de los ciudadanos, teniendo en cuenta que, la Administración española, cuenta con cuatro niveles administrativos: Central, Local, Autonómico, y Diputación.

Lo anterior, en cuanto a la estructuración social, que ya nos está hablando de claros factores socio-políticos de marginación y discriminación, porque, en política, como nos dice la experiencia, el que piensa como yo, y me apoya, está conmigo, y le favorezco; pero, el que no piensa como yo, y me critica, es mi oponente, y, al enemigo, ni agua.

Por otro lado, llendo a lo más específico de nuestro carácter, encontramos graves defectos incentivadores de nuestra propia miseria, y, el más claro de todos ellos es, según el análisis del escritor, Fernando Díaz Plaja, en su obra: «Los 7 pecados capitales de los españoles», la envidia.

La envidia nos está impidiendo en España que, nuestro propio talento, aflore, destaque, y se difunda, porque, quien llega arriba, en demasiadas ocasiones, deja de contribuir a que los que están abajo, puedan tener la oportunidad de brillar y sobresalir, de la misma forma que lo hacen los que están en la cumbre, los cuales pretenden perpetuarse, sin otorgar oportunidades a otros talentos.

No cabe en la mentalidad hispánica, que, unidos, avanzamos mucho más, que sumidos en la discordia. La unidad no significa uniformidad en el pensamiento y en las posturas, sino respeto y consideración por el que me es contrario, al que me enlazo, a pesar de la discrepancia, buscando los puntos comunes que nos unen, para apoyarnos entre todos, logrando impulsarnos hacia la excelencia nacional, que hablará prestigiosamente de España en el mundo.

El «Cainismo», del que nos habla Antonio Machado, es una carencia común a los paises subdesarrollados, que nos resta potencial y potencia, porque nosotros mismos nos encargamos de desprestigiar a nuestros valores, y de invisibilizarlos para el mundo, y para la Historia.

FRAN AUDIJE
Madrid, España 16 de noviembre del 2024

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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